Una mirada al pasado para enfrentar esa dura realidad

El boxeo a nivel nacional ya no goza de la popularidad de antaño y de la época dorada de la disciplina, sólo quedan los recuerdos que son contados de generación en generación. En Concepción, el Club de Boxeo JV busca levantar la actividad con entrenadores de calidad, realizando el trabajo de la manera más seria posible.

Arturo Godoy, portada de revista Estadio. Foto extraída de memoriachilena.cl
Arturo Godoy, portada de revista Estadio. Foto extraída de memoriachilena.cl

de febrero de 1940. Chile entero escuchando la radio sin perderse ni un detalle de lo que estaba por ocurrir. Y es que la década del cuarenta se inició con una de las mayores epopeyas del boxeo chileno. La carrera brillante del iquiqueño Arturo Godoy, le significó la oportunidad de disputar el título mundial peso pesado ante el legendario Joe Louis.

El combate, realizado en el Madison Square Garden de Nueva York, dio cuenta de las dificultades que tuvo uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos ante un retador chileno con una excelente técnica de pelea. Hasta ese entonces nadie le había aguantado los quince asaltos al “Bombardero de Detroit”. Godoy lo logró, pero perdió por puntos en fallo dividido, lo cual se percibió como una victoria para el chileno.

Hazañas de ese tipo quedaron en la historia. El boxeo chileno tiene un glorioso pasado, basado en una potente historia de boxeo amateur y la práctica masiva de este deporte durante la primera mitad del siglo XX. Era el boxeo el que proporcionaba los campeones más queridos, los que más profundamente se meten en el corazón del pueblo. Intenso y dramático, el pugilismo entrega historias personales que siempre resultan conmovedoras porque suelen referirse a hombres modestos que explotan su cuerpo con mejor crédito que sus hermanos de origen.

Situación en Concepción

En el recuerdo quedan las veladas vividas en el gimnasio de Fanaloza y en el polideportivo Lord Cochrane de Concepción. Donde aquellos recintos se colmaban de gente al igual que los estadios en los partidos de fútbol.

Hoy la situación es precaria y dista mucho de aquellos años de esplendor del deporte de los puños. Es por ello que en el Club de Boxeo JV Concepción se preocupan de levantar la actividad en la zona, de la mano de expertos que día a día forman a los más de 40 alumnos que asisten durante la semana.

Nosotros estamos en Chiguayante, en el Club Atham y hace tiempo que teníamos ganas de venirnos a Concepción. En un principio nos estábamos centrando en la gente joven, pero nos encontramos con la grata sorpresa de que mucha gente adulta se nos unió. Lo que más le cuesta al adulto es generar el hábito de entrenar, es lo más complicado”, cuenta Rubén Valderrama, presidente del club.

En ese sentido, para que un alumno suba al ring, debe pasar por un análisis previo realizado por los entrenadores. “Hay que realizar un estudio del alumno y ver si posee las condiciones necesarias para llegar a subirlo al cuadrilátero. Acá llegan alumnos pensando sólo en subirse al ring y tenemos que hacerles entender que la cosa no es así”, comenta.

Los alumnos son entrenados por el valdiviano Marcelino Reyes, exboxeador de gran experiencia, que en los años 80 tuvo una destacada carrera en el cuadrilátero nacional e internacional. Campeón de Chile en 1981, campeón sudamericano en 1986 y ese mismo año resultó escogido el mejor boxeador del país por el circulo de periodistas, entre otros logros.

“Vengo con una perspectiva grande a trabajar en Concepción con el Club JV. La actividad bajó mucho, no sólo acá en la zona sino que a nivel nacional, pero de a poco vamos subiendo. Hoy estamos con toda la confianza de sacar esto adelante y esperando a que los jóvenes se acerquen al gimnasio”, señala.

De jockey, el presidente del club Rubén Valderrama. Con el cinturón, el entrenador Marcelino Reyes. Fotos de María José Ulloa y Matías Romero.

Juan Valderrama es uno de los alumnos destacados del JV. Su padre Rubén, quien preside el club, es su mayor crítico pero también el que más lo alienta. Juan, que se encuentra en la categoría de 75 kilos, obtuvo el tercer lugar en el pasado Campeonato Nacional Juvenil de Boxeo disputado en Iquique.

Video Crónica elaborada por María José Ulloa y Matías Romero.

Financiamiento

Para Valderrama, el financiamiento no ha sido fácil. “El estado no nos da nada. Cuesta mucho. Yo me dedico a otras cosas para sacar esta escuela adelante. Acá los alumnos pagan una mensualidad, pero aún así no alcanza. Llevo varios años en esto y todavía no gano un peso. Las competencias y viajes también salen de mi bolsillo”, relata.

Y añade que “los fondos a los cuales se pueden postular no son muchos. Es poca la plata que dan, entonces se hace todo más complicado. Pero fuera de todo esto, lo que más nos importa a nosotros es que nos den la posibilidad de realizar galas de boxeo acá en Concepción”.

Marcelino Reyes coincide con el pensamiento de Valderrama. “Es difícil. Creo que la municipalidad debería cooperar en lo que nosotros necesitamos, porque son muchos los gastos para costear un club. En ese sentido, a Rubén (Valderrama) lo felicito por esto que está haciendo para sacar al boxeo adelante en Concepción”, indica.

“Y ojalá que los jóvenes vengan acá con la intención de ser el doble de lo que yo fui. No entregar una medalla para Chile, sino que varias, porque al final ese es mi trabajo: sacar un campeón chileno, sudamericano y después llegar a lo más alto”, finaliza.

Fotografías de María José Ulloa y Matías Romero.

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Un poco de historia…

Los inicios del boxeo en nuestro país, a fines del siglo XIX, fueron sin duda precarios. En ese entonces, vislumbraba como principal figura Heriberto Rojas, considerado el primer boxeador profesional chileno.

El boxeo tuvo su primera institución oficial en el país a partir de 1915, cuando se fundó la Federación Chilena de Boxeo. En aquellos años, la práctica del box era muy apreciada, proliferando los clubes locales en diversas comunas y de forma transversal en las clases sociales.

Los medios de comunicación que surgen a comienzos de siglo documentan intensamente el boxeo, con sus logros y deficiencias. La famosa revista “Los Sports” que desde 1923 a 1931 rescata la totalidad de eventos deportivos en Chile, pone un especial énfasis en la práctica del boxeo, mostrándolo como un deporte de gran popularidad y masividad.

Un hecho conocido y documentado son las peleas de Luis Vicentini y el “Tani” Loayza, que llevaban a miles de aficionados, llenando teatros y el conocido Campo de Deportes antecesor del actual Estadio Nacional.

La época de esplendor del boxeo chileno, entre los años treinta y setenta, terminó con Martín Vargas. Muchos fueron los problemas: divisiones entre federaciones internacionales, cuestionables manejos administrativos y polémicas en relación a la violencia de su ejercicio, terminaron por debilitar la práctica del boxeo a nivel nacional.

Si bien es cierto el boxeo no ha muerto, la disciplina ya no es lo que era antes. Faltó cosechar lo sembrado, invertir en infraestructura, profesores y generar una industria del boxeo nacional que supiera capitalizar lo que sin lugar a dudas fueron los mejores años. Nunca más las multitudes volverían a los rings como entonces. Así el boxeo, lamentablemente, es un ejemplo de incapacidad para saber cambiar con los tiempos, desarrollarse y progresar.

El periodo más importante del boxeo chileno, hoy es conocido por las nuevas generaciones por lo que les cuentan sus padres o abuelos, con cierta nostalgia, cuando los chilenos llenaban estadios o se desvelaban frente al televisor no para ver un partido de fútbol, sino para emocionarse con un combate de box.

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