Natación, danza, huertos sustentables, talleres de teatro e historia cívica son algunas de las actividades que los estudiantes pueden aprender a través de esta metodología

Cuando hablamos de educación no formal nos referimos a las actividades que se llevan a cabo fuera del contexto escolar, pero con las que se esperan desarrollar competencias  que formen a los estudiantes  en otros ámbitos relevantes para la vida.

En Chile, a estas actividades que no están enmarcadas, ni evaluadas por el sistema educacional, se les conoce como actividades extracurriculares o clases extraprogramáticas (aunque la mayoría de las veces estás sí son evaluadas dentro de un contexto curricular). Estas van desde talleres de teatro, cocina, jardinería, danza, natación, entre otras.

A diferencia de la educación formal, que inicia con la educación básica, la media y universitaria, en las actividades no formales existe una mayor y mejor retroalimentación que sirve para que los estudiantes puedan aplicar lo aprendido por su propia cuenta, sin la necesidad de la mentoría de un tutor o profesor.

Solange Ferreira, profesora del Estado en Historia y Educación Cívica, comenta la relevancia de las actividades extracurriculares: «significan un gran apoyo al desarrollo social y personal de los estudiantes, porque en estas actividades (fuera del aula) pueden encontrar un verdadero interés que los ayude a elegir, cuando sea el momento, una carrera, profesión u oficio».

Además aclara que no sólo los niños y jóvenes pueden acceder a este tipo de educación, sino también adultos y toda aquella persona -inserta o no- en el sistema educacional formal. «Hay educación no formal cuando participas como scout o cadete de bombero, incluso cuando estás participando en alguna actividad de la junta

de vecinos de tu barrio, entre otros espacios. Lo importante es que entreguen una base crítica de la sociedad y las herramientas para que (los participantes) puedan desarrollar aptitudes dentro de aquellos espacios».

«Es fundamental para el desarrollo de los niños y niñas, y de los adultos. Brinda herramientas necesarias»

EDUCACIÓN NO FORMAL EN CONCEPCIÓN

En el Gran Concepción la educación no formal ha tenido gran aceptación, por ejemplo en el colegio República del Perú en Hualpén, se está desarrollando un taller de cultivo de hortalizas y plantas medicinales a cargo de la profesora y

bióloga Gisela Garcés.

Anteriormente, Garcés había intentado realizar este taller, pero los alumnos no tenían el interés, ni el compromiso necesario para llevar a cabo la actividad. Por esta razón, este año decidió contar con jóvenes de 5to a 8vo básico para desarrollar este cultivo al interior del establecimiento.

LA PSICOLOGÍA

Javiera Morales , psicólogo educacional, comenta que lo relevante de la educación no formal es que se basan en proyectos y que actualmente hay una «cruza» de asignaturas lo que ayudan a los estudiantes a utilizar lo que aprenden en las aulas. «Por ejemplo, las ciencias naturales con el método científico, o en concina utilizan el lenguaje para leer las recetas y seguirlas, con los cultivos o huertos pueden utilizar las matemáticas y conocer cuánto dinero puede ahorrar o generar».

Morales además enfatiza en lo importancia que tienen estos cursos y talleres de educación en la formación socio-emocional de las personas, criticando la limitación que tiene la educación formal que sólo se centra en la memorización de información.

En algunos paises la educación no formal es tan o más importante que la formal. En lugares en vías de desarrollo, como Chile, esta modalidad sirve para compensar la falta de bases integrales del siste educativo predominante.

Algunos especialistas recomiendan que la educación formal integre las horas de educació no formal, en conjunto. De esta manera se podría desestructurar un poco el sistema educacional que tanto estrés y ansiedad causa en los estudiantes. Pudiendo encontrar una forma de aplicar lo que se está aprendiendo.