Brava: organización femenina desde el epicentro del rock

Los cambios sociales han sido notorios en este último tiempo, especial si de temáticas de género hablamos. El feminismo se ha posicionado con fuerza en distintos espacios, que van desde lo académico hasta lo cultural, generando instancias en las cuales las mujeres se transformaron en las protagonistas de grandes cambios.

Las artes no quedan exentas de ello, considerando que dentro de los espacios de desarrollo cultural se han perpetuado por muchos años distintas prácticas machistas que han renegado del importante rol que poseen las mujeres dentro de estas diversas disciplinas, y que han mantenido en secreto prácticas violentas que atentan contra la dignidad de estas mismas.

Un caso que causó revuelo en la industria musical chilena fue el reportaje POTQ «Cuando ella habla escucho la revolución», realizado por la periodista Javiera Tapia,  editora del medio digital.  En este, una serie de mujeres vinculadas a las artes y culturas denunciaron prácticas machistas recurrentes de las que fueron víctimas en espacios de trabajo que se suponen seguros.

Fue de mano de esto que surgió la necesidad de generar espacios separatistas que brindaran seguridad a las mujeres que se desenvuelven en estos espacios, considerando que más allá de la violencia, parte de la cultura patriarcal también ha traído como consecuencia la invisibilización de su trabajo.

«Ruidosa» ya se había adelantado, años atrás, a esta problemática, transformándose en la organización chilena que más representación brinda a las mujeres en la música, no sólo dentro del festival que se realiza, sino en los distintos espacios que giran en torno a ella. Creada por la cantautora nacional Francisca Valenzuela, Ruidosa se ha realizado desde 2016, y su versión 2018, que ocurrirá entre 4 y 7 de abril, contará con distintos espacios de conversación en los cuales mujeres vinculadas a diferentes disciplinas artísticas podrán compartir sus experiencias y mostrar su trabajo ante el país.

¿Y qué pasa fuera de las fronteras capitalinas?

Concepción no se libra de estas problemáticas, porque pese a estar catalogada como «La cuna del rock chileno», los espacios designados para la música han estado protagonizados, mayoritariamente, por hombres, ignorando muchas veces la cantidad de talento femenino que aloja la ciudad.

Y es aquí donde Brava entra al juego.

Creada a fines de 2017, Brava nace como una organización de mujeres que busca generar espacios y visibilidad para el talento femenino en la región, para así demostrar que las mujeres haciendo música en Concepción son muchas, y que sólo es necesario darles un micrófono para demostrar que saben lo que hacen.

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Conformada por Fernanda Leiva, Anâloga, Mulier y Giyil, la organización decidió partir por casa, y dieron vida a un festival en el Aula Magna con la presentación de estos mismos cuatro proyectos, iniciando así a lo que sería un gran trabajo a largo plazo.

Lanzamiento Brava [15.12.18] Foto por Valentina Riveros S
«Fue una necesidad casi inconsciente, por mi parte nunca antes había compartido la música con mujeres pero sentía que era el momento de hacerlo, muchas veces nosotras, como Brava, nos topábamos en eventos y seguíamos siendo desconocidas, y de cierta forma sentía que había que cambiar eso, porque el medio ya es demasiado crudo como para seguir 

manteniendo las distancias», comenta Fernanda Leiva, cantautora y co-fundadora de Brava.

El desafío comenzó en diciembre del año pasado, cuando este grupo de mujeres decidieron organizar un festival compuesto por sus respectivos proyectos, y dando así inicio a lo que se transformaría hoy en Brava, un organización creada por y para las mujeres de la escena artística penquista, en la cual puedan no sólo compartir sus creaciones, sino aprender las unas de las otras.

«Algo había que hacer en alianza para poder ser más que un aporte artístico-cultural, poder lograr hacer un aporte social donde lo necesitamos. La prueba de fuego fue en el show de Aula Magna, donde nos dimos cuenta de que nos fusionamos tan bien que ninguna dudó en que teníamos que seguir este camino juntas, teníamos que seguir levantando espacios donde se pudiera escuchar música de mujeres hecha para todos, seguir compartiendo experiencias, aprendiendo a sanar a partir del relato de la otra, fue un sinfín de cosas: el buscar la forma de nutrirnos, potenciarnos, y principalmente profesionalizar nuestras carreras a partir de la unión», enfatiza la compositora.

Lanzamiento Brava [15.12.18] Foto por Valentina Riveros S
Si bien no ha pasado tanto tiempo desde que Brava se instaló en la escena local, los meses han estado concentrados en un arduo trabajo de gestión y organización por parte de sus participantes, dando espacio para que distintas artistas puedan sumarse a la iniciativa y, a través del trabajo en equipo, visualizar toda el arte que se está creando alrededor de la cuna del rock.

Eso si, no es fácil. Tal como se mencionó al inicio, el mundo de las culturas y el espectáculo, al igual que todos los espacios dentro de la sociedad, están dominados por los hombres, y se torna algo difícil que a las mujeres se les de el reconocimiento e instancias para ser también protagonistas.

«Nos enfrentamos a un círculo cerrado para hombres, donde ellos tenían la curiosidad de saber qué es Brava. La mayoría de las mujeres nos han acogido y se han acercado de tal manera que quieren ser parte de esto. Yo encuentro que todo este tiempo hemos estado haciendo camino donde no lo había, y en grupo todo ha sido más llevadero, más grato; ha sido un aprendizaje constante en el que nos damos cuenta de que tenemos que estar siempre alerta, defendiendo lo nuestro y defendiéndonos a nosotras también», concluye Fernanda. 

Del dicho al hecho: las mujeres se toman los parlantes

Enero fue un mes dedicado netamente a la gestión de espacios y la elaboración de un plan para llevar a cabo el sueño de este grupo de mujeres: escenarios conformados sólo por mujeres de la zona, mezclando distintos estilos musicales y demostrando que el poder femenino está más presente que nunca.

Febrero llegó y con ello las #SesionesBrava, 4 tardes veraniegas para cerrar la temporada al ritmo de talentosísimas mujeres de la región. Expresión Fem Conce, Colomba, Bitácora Celeste, Flores Marchitas, Azulblime, Ariana Riffo, Carla Ampuero, Camille Belmar, Carolina Frambuesa y Violeta Barriga fueron los 10 proyectos femeninos que se tomaron la terraza de Bar Malabar para poner en marcha el primer gran proyecto de Brava, llenando el piso y dejando al público con ganas de más arte.

¿Y ahora, cuál es el camino a seguir?

La misma pregunta se hizo este grupo de artistas, quienes vieron que más allá de los escenarios, los espacios de formación son de vital importancia para que las mujeres que de a poco se han hecho camino en las artes, ya que el conocimiento es un pilar fundamental para mantener un proyecto con el paso del tiempo.

Así fue como el sábado pasado llegamos a Rendibú, 11 mujeres vinculadas a la cultura, a la música, para conversar sobre nuestras historias, experiencias y sobre qué nos trajo a estar hoy sentadas frente a nostras mismas, replantéandonos el por qué necesitamos estos nuevos espacios.

«La existencia de Brava ayuda a que la mujeres nos empecemos a dar cuenta de que no estamos solas en todo esto, y que es posible rodearse de otras mujeres con los mismos objetivos, y así apoyarnos entre todas», comenta Priscila Flores, quien forma parte de «Fata Morgana»

Siendo parte de este proyecto protagonizado por mujeres, el cual estuvo presente este año en el Rockódromo, Priscila habla desde la experiencia de formar parte de esta escena cultural, la cuál en todos sus ámbitos ha sido dominada por hombres: no sólo los artistas se han tomado los espacios, sino también quienes gestionan espacios para que el desarrollo de las artes sea óptimo: «Es muy necesario generar espacios para dar visibilidad a la música creada por mujeres, porque es un hecho que la escena musical está dominada por hombres, desde quienes organizan los eventos hasta quienes se presentan en ellos. En general, se limita mucho la presencia femenina en estos espacios, y eso finalmente lleva a que a las mujeres nos cueste mucho más hacer que la gente llegue a conocer nuestro trabajo».

Desde Laja, Roxana Pardo y su proyecto «La Rox Band», llega a la misma mesa y relata su experiencia al hacer música de un lugar aún más lejano a la gran capital del rock, espacios en los cuales se ha visto enfrentada aún más de cerca a lo complejo que es ser mujer y artista.

«Creo que es algo que estaba pendiente para todas las mujeres artistas de la región (…) es súper distinta la visión que tenemos nosotras sobre cómo generar espacios que sean válidos para nosotras presentar nuestras diferentes manifestaciones artísticas. Siempre he dicho que en nuestra región hay una cantidad de artistas increíbles y también increíblemente desconocidas, por lo tanto desde el desconocimiento que existe acerca de todas las mujeres que están haciendo música y arte en nuestra región, no se nos están dando los espacios que en realidad se necesitan», hace hincapié Roxana, quien en 2017 decidió poner en marcha su proyecto solista.

«Brava es una organización potente, y por lo mismo, me encantó participar en este primer conversatorio: porque me di cuenta de lo profesional que están siendo las organizadoras al plantear las temáticas que estuvimos conversando, al ver todo el trabajo que han hecho en este poco tiempo que llevan con los ciclos de mujeres músicas, con el lanzamiento; hay una solidaridad tremenda, y a esta organización le veo un futuro maravilloso, creo que es el puntapié inicial de algo muy grande», continúa Rox.

Tras tres horas de conversación, café, un poco de teoría y por sobre todo, relatos en común, la conclusión para todas es la misma, y Fernanda lo describe mejor que nadie:

«Es algo que nos llena de energía para poder seguir abriendo paso a las nuevas generaciones que vienen y que podamos aprender sin tanto tropiezo, que el terreno esté apto para poder ser, porque al final eso es ser brava: rugir por lo que realmente nos hace vibrar, no es algo agresivo, no es un impulso, es algo super consciente. Simplemente ser, y estar donde merecemos y en las condiciones que merecemos.»

 

1° Conversatorio Brava: (RE)unidas

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