El anime reclama su sitio en los cines chilenos

En el año 2013, con el exitoso estreno en pantalla grande nacional de la película Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses, el mercado cinematográfico en Chile recordó que la animación japonesa puede vender bien. Desde aquel hito, las grandes cadenas de cine han apostado de una u otra forma por los largometrajes de este género, sin embargo, la inversión en el cine de anime aún sigue siendo baja.

 

Your Name (Kimi no Na Wa) es el estreno de anime más taquillero en toda la historia de Japón, por lo que llamó la atención de Cine Hoyts y Cinemark.

En los últimos cinco años, el anime ha vuelto a los cines chilenos con variados estrenos, aunque no con la misma intensidad y características que marcaron la industria por allá en los inicios de los años 2000. En esa época, las salas se llenaban con la llegada de películas de afamadas franquicias animadas, como Yu-Gi-Oh! y Pokémon. Generalmente eran entregas dobladas y con mucha publicidad en medios nacionales, panorama muy distinto al que se vive hoy, en el que el doblaje es prácticamente un lujo reservado para títulos selectos y el marketing se reduce al mínimo.

 

Durante 2013 y 2017, en Chile se exhibieron al menos 15 producciones contemporáneas de animación japonesa en su idioma original y subtituladas al español, entre las que destacan Kimi no Na wa (2016), Koe no Katachi (2016) y Naruto: The Last (2014). La particularidad de estos títulos es que no pasaron muchos meses desde su estreno en Japón y su posterior lanzamiento en cines nacionales. Esta tendencia, llevada a la práctica con frecuencia por Cine Hoyts, sólo comenzó a tomar fuerza en el último tiempo, ya que antaño era muy raro traer cine japonés no doblado.   

Chile quiere anime

Según datos del sitio chileno Estadísticas Cine, las salas nacionales han visto un aumento progresivo en la cantidad de títulos de procedencia asiática desde el 2013 en adelante, año en que se estrenó una sola producción de esa índole. El filme en cuestión fue Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses, por lo que esta proliferación de cine asiático puede atribuirse en gran parte al cine de anime y a la franquicia Dragon Ball en particular.

A raíz del estreno de El niño y la Bestia (2015), el Jefe de Marketing de Diamond Films Chile, José Manuel Álvarez, comentó el año pasado en conversación con el sitio Mouse que en suelo nacional, en comparación a otros países de la región, “hay un nicho mucho más grande de anime” y que el género “tiene mucho mayor público de lo que tiene Argentina, que es un país tres veces más grande”. En este sentido, se refuerza la idea de que Chile es un mercado que sí tiene cabida para esta clase de cine proveniente de Japón.

Esta nueva ola de animación nipona en la pantalla grande chilena propició las proyecciones de otros antiguos íconos del género, como Sword of The Stranger (2007) o Ghost in the Shell (1995), llegando ambos filmes de la mano de Cinemark durante el año pasado. Si bien los fanáticos nacionales de anime se mostraron contentos con estas exhibiciones, las funciones para estas producciones japonesas en general son bastante limitadas, siendo en algunos casos una o dos funciones en total, evidenciando claramente una inversión menor en esta clase de productos.

Proliferando de la mano de un clásico

La excepción a la regla siempre la ponen aquellas franquicias consagradas que significan una apuesta segura. En este caso, Dragon Ball no deja de marcar pauta a la hora de hablar de cine de anime. Además del éxito de Batalla de los Dioses (2013), el gran estreno en américa de Dragon Ball Z: Fukkatsu no F (2015) demostró que Gokú y compañía aún están para generar grandes ingresos en occidente, justificando así la gran inversión en su doblaje latino. Cabe destacar que, sólo en Chile, este filme alcanzó una recaudación bruta de 915 millones de pesos.

Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses es el estreno de anime que sin duda reabrió las puertas al género en Chile.

Con estos antecedentes se espera que el estreno de Dragon Ball Super: Broly sea de los más taquilleros que haya visto la animación japonesa en este lado del mundo. Asimismo, no es sorpresa que las voces originales de la serie ya estén trabajando en la película para así poder estrenarla en latinoamérica con tan sólo un mes de retraso en comparación a Japón, un hecho inédito en estos tiempos en los que el doblaje a veces nunca llega y las exhibiciones pueden demorar años.

A continuación, el trailer latino de esta producción, la que tiene fecha de estreno para enero de 2019.

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