Generando cultura en torno a la cerveza artesanal

Tomar una buena cerveza es sin duda para muchos un momento de relajación y desconexión con el resto del mundo, pero para realmente disfrutar la calidad de estas es necesario respetar sus características y generar una cultura cervecera.

La cerveza ha estado presente durante prácticamente todo el proceso evolutivo de la humanidad. En algunas civilizaciones era considerada como un alimento divino e indispensable en la dieta diaria, ya que esta mezcla de agua, malta de cebada, lúpulo y levadura entregaba los nutrientes necesarios para la dura vida en esos tiempos.

Su origen algo fortuito se perfeccionó con el paso del tiempo, hasta llegar a un punto en el que hoy existe una gran variedad de estilos de cerveza que la gente puede disfrutar. En torno a este brebaje se ha creado así una cultura en donde es importante conocer sus procesos productivos y entender las diferentes características de esta para poder tener la mejor experiencia posible.

Ayudando a la civilización desde sus orígenes

Carlos Carrasco, sommelier de cervezas y creador de Cerveza Luthier.

Conocer la historia de la cerveza es fundamental para comprenderla. Desde su origen, situado aproximadamente en el 10.000 a.C., ha sufrido grandes cambios que han hecho que en la actualidad se genere toda una cultura en torno a esta. Carlos Carrasco, sommelier de cervezas, comenta que se debe entender que “aparte de que sea una simple mezcla de ingredientes, tiene una relación histórica directa con el devenir de las culturas, con lo que ha pasado y con lo que probablemente les va a pasar”.

La importancia en el desarrollo de las primeras civilizaciones se debe a «la creación espontánea de la mezcla de grano con agua, que es la base de un alimento nutritivo como el pan, pero que cuando empieza a fermentar mantiene sus características y se añade el alcohol”, agrega Carlos.

Un claro ejemplo de la importancia que ha tenido esta bebida para la especie humana, es el reciente descubrimiento de unos arqueólogos de la Universidad de Stanford, quienes afirman que la creación casual de la cerveza y los intentos por reproducir esta elaboración fue lo que hizo que se desarrollara la agricultura.

Ya en la época medieval, este milenario brebaje surgió además como una alternativa alimenticia que mejoró la salubridad y esperanza de vida de las personas. Esto ya que al hervir la preparación, se eliminan las bacterias que contiene el agua contaminada, dándole a esta bebida una mayor capacidad de conservación y descubriendo, sin querer nuevamente, lo que muchos años más tarde sería conocido como el proceso de pausterización.

Carlos, quien junto a su hermano Eric crearon la destacada Cerveza Luthier, agrega que en la actualidad es importante añadir a todo esto el carácter social que se genera cuando la gente se junta a tomar una “chela”. “Siempre está asociada a diferentes contextos sociales. Ya sea después de un partido, en la playa o en un bar, lo importante es saber disfrutarla y conocer los elementos histórico-culturales que la componen”.

Tomar en cuenta la producción de la cerveza

Por lo general los cerveceros artesanales comienzan produciendo en pequeñas bodegas y solo con un par de ollas.

En su larga historia junto a la humanidad, la cerveza cambió sus procesos de producción con el fin de que más personas pudieran acceder a ella. Sin embargo, en la actualidad ha vuelto a sus raíces producto de la demanda de una bebida de mayor calidad y del romanticismo que genera el beberla como antaño.

De hecho, los chilenos durante el 2017 consumieron más cerveza artesanal que la que compran tradicionalmente. En este sentido, uno de los elementos que los consumidores consideran al momento de elegir que tomar, es el hecho de saber si la elaboración es artesanal o industrial, dándole un mayor valor a la cerveza cuando es de origen artesano, ya que su calidad aumenta.

Aquí surge un concepto clave y que en los últimos años a tomado fuerza dentro del mundo cervecero: el craft. Este se puede asociar en el español al oficio, manufacturación o arte de producir algo. Así dentro de la cultura craft se combinan las máquinas de la producción industrial con la dedicación y conocimientos del maestro cervecero artesanal para lograr el mejor producto posible.

Erich Ulriksen, dueño de la estación cervecera La Pinta, es enfático en decir que parte importante de la cultura cervecera es no romper sus procesos productivos y de distribución, los que entregan al producto la calidad y el valor que se merece. “Hoy la gente ya está dispuesta a pagar tres mil 500 pesos por una cerveza, al precio de un piscola, porque se comprende la diferencia entre el producto artesanal y el industrial”, asegura.

Aprender a servir y tomar bien la cerveza

En la pizarra se detallan los tipos de cerveza y sus características, por lo que es un elemento esencial a la hora de decidir que cerveza tomar cuando se va a un local.

Dentro de la cadena productiva existe además todo un ritual que parte desde la elección de la copa, el lavado y secado de esta, la puesta en escena, la limpieza de los equipos, la espuma que lleva, la temperatura a la que se sirve y como llega al consumidor final. Así para Carlos, “lo más importante para asegurar un buen servicio al cliente, es educarse y profesionalizarse en el área”.

En La Pinta, Erich nos cuenta que uno de los principios fundamentales es el ofrecer una experiencia de aprendizaje. Para ello cuentan con una variedad de productos artesanales que constantemente actualizan en su pizarra y redes sociales.

“Nosotros le damos a probar algo similar a lo que busca y si me dice que prefiere una menos amarga, le damos a probar otra y así hasta que se decida por una que le guste. No tenemos problemas en dedicarle el tiempo que sea o de que degusten cada una de las cervezas que tenemos”, añade.

Para llevar a cabo la tarea de instruir al consumidor sobre lo que está tomando, Erich asegura que todo el equipo que trabaja en La Pinta sabe de cervezas, para que al momento de que llegue alguien que no sabe lo que quiere tomar o si necesitan una recomendación para acompañar el alimento que se van a servir, ellos puedan ayudarlos de la mejor manera posible.

“Acá todos los días el equipo tiene que probar la cerveza cuando pinchamos un barril nuevo, así nos informamos y nos ayudamos diciéndonos que tiene este aroma, esta es más amarga o le falta gas”, cuenta de lo que considera un traspaso de conocimientos necesario para producir una cultura mucho más rica.

Además de conocer los tipos de cerveza que se van a tomar es importante considerar la forma en la que esta se sirve, debido a que hecho de una mala manera hace que nuestro cuerpo reaccione de la misma forma. Para evitar esa sensación de hinchazón que a veces deja la «chela» te recomendamos seguir el siguiente consejo:

Así, adentrarse en el mundo de la cerveza requiere llevar a la práctica un conocimiento que va más allá de solo beberla hasta emborracharse. Es indispensable sumergirse en ella y en su mundo lleno de sabores, historia, estilos y complejidades, como lo conlleva cualquier otra cultura.

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