Concepción se reconecta con la Fotografía Análoga: una técnica lejos de estar obsoleta

Con la llegada de la era digital el lenguaje, las costumbres y la vida han sufrido grandes cambios. La fotografía no se ha excluido de estas transformaciones. Con el desarrollo de las tecnologías de la información, las antiguas técnicas fotográficas han sido reemplazadas por la inmediatez que permite la foto digital. Sin embargo la fotografía analógica está lejos de quedar obsoleta, ya que el interés que despierta en quienes la utilizan es justamente sobre el proceso de experimentación que requiere paciencia y dedicación.

Si bien muchas personas designan como análoga o analógica a toda aquella fotografía que no es digital, dicha denominación es errónea. La fotografía analógica es en donde intervienen procedimientos químicos y físicos para la obtención de una imagen, relacionados con el uso de materiales sensibles a la luz, y la acción misma de esta para el resultado final. Estos procesos se dan tanto en la captura como en el revelado de una foto.

Pese a la facilidad que entrega la fotografía digital debido a la rápida obtención de una imagen, la técnica análoga ha permanecido en el tiempo y hasta hoy hay sitios que se dedican al comercio de los materiales y cámaras. Las fotógrafas y fotógrafos siguen valorando la conexión que permite este método con las materias primas utilizadas para obtener una imagen.

Fotografía gentileza de Carlos Erices
Fotografía gentileza de Carlos Erices

El proceso análogo y sus transformaciones

La cámara es el instrumento que ha permitido retratar la realidad, incluso manipularla con fin estético, expresivo o creativo. La mayoría de estas está compuesta por un cuerpo y un lente, el cuerpo se encargará de la parte mecánica que permitirá manipular el tiempo de exposición, y el lente para la conformación de la imagen y controlar la entrada de luz. Lente y cuerpo se unen, y ambos elementos controlarán la entrada de luz a la película o material fotosensible. El lente permite concentrar la cantidad de luz y formar una imagen en el interior de la cámara, la cual será recibida por el material fotosensible; películas fotográficas que pueden ser a color o blanco y negro, las cuales alojarán las imágenes que vemos a través del visor. Esta película expuesta a la luz, entra al proceso de revelado y fijado para poder ser vista, posteriormente se obtendrá un negativo fotográfico, el cual se puede ampliar o digitalizar para la obtención de las fotografías.

La fotografía análoga es un proceso que desde sus inicios ha estado en permanente cambio. Debido a que es un método químico, los elementos utilizados para llegar a la fotografía son diversos y pueden variar adecuándose a lo que la fotógrafa o fotógrafo requiera. “En un principio comenzó a revelarse en placas de vidrio, hay otros revelados en telas, café, a la luz del sol, solo con luz infrarroja, e incluso algunas casas principales de fotografía lo hacen a través de una máquina. Es un proceso complejo, múltiple y diverso que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, sin embargo, nunca se ha dejado de utilizar”, comenta Ito Fuentes, fotógrafo penquista que hace dos años se encuentra experimentando en esta técnica.

Esta técnica se realiza de forma manual y muchas veces casera, por lo tanto requiere más dedicación de la habitual. La fotografía digital y los avances que han traído las tecnologías de la información si bien han facilitado este proceso, también han contribuido a que pierda sentido. “Cuando tomas fotografías en una situación concreta, puedes tomar un número infinito de fotos, hasta que se te acabe el espacio en la memoria, esto puede variar desde 100 hasta 3000 fotos. La análoga al ser un proceso más limitado, es más costoso y requiere más esfuerzo, solo tienes 36 opciones. Hay una reflexión previa al momento de apretar el click, porque quieres que esas 36 fotos puedan abordar la situación que elegiste retratar” declara Ito, quien se encuentra dictando un taller de fotografía para niñas y niños de la comuna de Coronel en Concepción. Para él, hay un estudio implícito en la fotografía al momento de capturarla, y eso lo hace más especial.

El auge en Concepción

Carlos Erices Godoy es un fotógrafo de 29 años oriundo de la ciudad de Nacimiento, sin embargo lleva tres años viviendo en Concepción, en este lugar ha desarrollado gran parte de su trabajo. Hace nueve años que es parte de FotoAlquimia, Escuela Itinerante de Fotografía, dedicada a la investigación y difusión de técnicas artesanales. Han realizado diversos talleres teórico y prácticos a lo largo de Chile. Han diseñado e implementado proyectos fotográficos de carácter educativo en Establecimientos Educacionales, Centros Culturales e instituciones de carácter social.

Para este fotógrafo ha sido interesante ver el resurgimiento y valoración de la técnica análoga y ha observado como cada vez son más personas inquietas por conocer, experimentar y trabajar con ella. Comenta que gran parte de esta motivación por conocer métodos alternativos de fotografía se debe a la conexión que hay con el proceso, además de poder “controlar y manipular todo el procedimiento, en donde cada experimentación se transforma en aprendizaje”. “Encuentro que las técnicas antiguas/artesanales nos enlazan con la materia prima de la fotografía, la luz y la imagen, la cual es recibida en distintos soportes y cámaras, haciéndonos conscientes de todo lo que ocurre allí” manifiesta.

Este fotógrafo es uno de los muchos y muchas que se ha dedicado a mantener el conocimiento de ésta técnica en Concepción. Actualmente, en la ciudad penquista hay muchas personas trabajando en el formato análogo, incluso comunidades y espacios se han levantado para trabajar en ella. “Es el caso de varios compañeros y compañeras que están revelando en casa y ofreciendo servicios de digitalización. Dentro de estos se encuentran las chicas de Maleza, que tienen un cuarto oscuro al interior de casa 916, Walter Blass con su proyecto “La Colorina” enlazado a la fotografía minutera y un potente trabajo social en la Población Aurora de Chile, Claudio Quiroz con un Laboratorio en Arte Espacio Labbé. Karen Baher, Camila Jara y Luis Medina, quienes también ofrecen diversos servicios de revelado digitalización de negativos”, cuenta Carlos.

Para éstos jóvenes fotógrafos, la fotografía análoga no representa sólo una antigua técnica, es reconectarse con la historia familiar y con la memoria, por lo mismo valoran la entrega de estos conocimientos a nuevas generaciones de niños y niñas. Los ritos y celebraciones de nuestros ancestros y ancestras se materializaron en papel fotográfico que es resultado del trabajo de una cámara análoga. Por tanto, es una historia familiar que se vincula al uso de estas técnicas. Más aún, en una sociedad globalizada donde se valora la instantaneidad y contribuye a generar una identidad plástica, la fotografía análoga irrumpe con esa carga y nos permite reconocer y valorar una memoria y historia perdida.

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