Alza anual del pasaje para el adulto mayor: no existe subsidio para amortizarla.

 Cada 31 de octubre se re calcula la tarifa para el adulto mayor. Este año subió $30, su valor lo fija la seremía de Transporte en conjunto con los empresarios microbuseros, ya que no está subvencionado por el Estado, como si ocurre en la Región Metropolitana, donde el costo es de $210. Una vez más, el centralismo golpea el bosillo de la región.

$310 es el valor del pasaje para el adulto mayor desde el lunes 5 de noviembre. Esta alza corresponde al reajuste anual del costo que cada 31 de octubre se realiza sobre esta tarifa. «No es ninguna gracia que nos sigan castigando con el alto costo de la vida para nosotros, los viejos», reclama Eugenio Martínez, penquista beneficiado con la pensión básica solidaria que entrega el Estado, que asegura $107.400 a quienes no ahorraron lo suficiente durante sus vidas laborales.

«Todos los beneficios son para Santiago… ¿Y las regiones, cuándo? Está mal repartida la torta. A fin de cuentas. Yo soy vieja y soy pobre y con los gastos en medicamentos que tengo no me alcanza para vivir tranquila. Ahora, más encima, tengo que pagar más de $300 cada vez que necesito andar en micro», alega la señora Isabel Concha, mujer de 74 años que espera el bus para volver a su casa luego de un control médico en el Hospital Regional de Concepción.

La tarifa para el adulto mayor -a diferencia del pasaje adulto normal- no está subsidiada por la Ley de Subsidios al Transporte Público, por lo que la diferencia de precio entre ambos pasajes ($520 pasaje normal y $310 adultos mayores) se re define el día 31 de octubre de cada año y depende únicamente de la voluntad de los empresarios microbuseros.

Lo que piensa el gremio de microbuseros.

Jorge Zamorano es presidente de la línea de transportes Las Galaxias S.A. y voz activa en la asociación de empresarios microbuseros del Gran Concepción. El dirigente gremial representa a una de las tres líneas de microbuses que tienen el recorrido más largo: inician en el paradero principal, ubicado en Hualqui y llegan hasta los cerros de Talcahuano, «de punta a punta», como define él. Respecto al costo del pasaje, Zamorano afirma que si no fuere por la voluntad de ellos, no existiría esta rebaja: «nosotros, como empresarios microbuseros, sabemos que nuestra tercera edad tiene pocos recursos, que las pensiones son bajas y el costo de mantener buena salud es cada vez más alto cuando uno se va poniendo viejo. Por lo mismo, todos los años nos reunimos para entregarle esta ayuda al adulto mayor. Sabemos que no es mucho, pero si nos ayudaran con un subsidio, el pasaje sería más barato. Pero esto es lo que podemos hacer».

Sobre este último punto Zamorano realiza una fuerte crítica a los gobiernos: «estamos aburridos de pedirle dinero al seremi de turno. Una y otra vez nos dicen que no, que no hay plata. En septiembre vino la ministra a Concepción y hablamos con ella sobre este punto y nos dijo lo mismo, que no hay dinero destinado para más subsidios. Entonces, nosotros nos preguntamos: ¿por qué le siguen metiendo miles de millones de pesos al Transantiago todos los años? Que no me digan una cosa por otra, plata hay, pero no para las regiones».

La autoridad

Al respecto, Jaime Aravena, seremi de Transportes de la región del Bío Bío, no tiene una respuesta específica sobre la falta de subsidios para el valor del pasaje del adulto mayor. En cambio, el énfasis que hace recae en el beneficio estatal que existe para reducir el costo del pasaje normal: “sabemos que las alzas nunca son buenas para la ciudadanía, pero queremos destacar que si no estuviera subsidiada la tarifa en el Gran Concepción, ésta alcanzaría los $610”, beneficio que entregado a través de la Ley de Subsidios para el Transporte Público, el cual asciende a $16 mil millones por año.

Chile es el país latinoamericano que tiene el costo de transporte público más alto, según los datos registrados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y al menos por ahora, no hay voluntad política para establecer un mecanismo de financiamiento que asegure un valor menor, que sea más accesible para las personas. Se tendrá que seguir esperando.

 

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