Cambio generacional en Chile: ¿Por qué los millennials forman parte de esta situación?

El último Censo del año 2017 dejó varios datos que ya eran un secreto a voces para muchas y muchos: la población en Chile está envejeciendo y cada vez hay menos cantidad de niñas y niños en nuestro país. Pero, ¿por qué ocurre este fenómeno?

De acuerdo al último conteo poblacional efectuado el año 2017, la población total en Chile asciende a 17.574.003, lo que se traduce en que somos el noveno país de América en cuanto al número de habitantes. Eso sí, lo más preocupante, es otro de los datos que arrojó el Censo efectuado en el gobierno de Michelle Bachelet: la población de Chile está envejeciendo.

Piramide de población de Chile año 2018. Fuente: Emol
Piramide de población de Chile año 2018. Fuente: Emol

El cambio demográfico se viene dando desde el Censo del año 1992, donde ya se veía una disminución en el número de personas menores de 14 años y un aumento en aquellas que superaban la barrera de los 60 años (llamados cuarta edad). En el año 2017, esa creencia solo se acrecentó y afirmó lo que se venía dando hace 25 años. Según las estadísticas, la población de edad avanzada (sobre los 60 años) aumentó un 4.8%, mientras los menores de 15 años retrocedieron 9.3 puntos porcentuales.

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Estos cambios en la población sugieren que nuestro país necesitaría, de manera urgente, nuevas políticas públicas -especialmente en salud- para mantener la salud de aquellas personas que están en la parte superior de la pirámide de población. Ahora, esto también dice que Chile está teniendo el mismo cambio demográfico que ha experimentado Europa durante las últimas décadas, donde la población está envejeciendo y el cambio generacional no está teniendo buenos resultados. La razón principal son los jóvenes de nuestra época, quienes por diversos motivos ya no tienen dentro de sus planes tener hijos en el corto plazo.

El surgimiento de los Millennials

Para quienes no entienden a lo que se refiere el término millennial, es aquel que engloba a todas las personas nacidas entre 1982 y 1996, y proviene de la traducción al inglés de milenio, ya que son ellas y ellos, quienes vivieron el cambio del milenio, y pueden recordarlo. Algunas de las características que más se desprenden de esta generación, es que vivieron cambios históricos importantes, principalmente aquellos que se desarrollaron en Estados Unidos (como el ataque las Torres Gemelas, o la guerra de Afganistán), además de vivir cambios tecnológicos que marcaron el milenio (como la aparición de los teléfonos inteligentes, el Internet inalámbrico, las redes sociales y otros).

Es justamente gracias a estos cambios tecnológicos que, quienes son parte de esta icónica generación, han decidido por diversos motivos no tener hijos en el corto plazo. El surgimiento de las redes sociales y de la masificación de la información, han contribuido a que las personas tengan una mayor noción de lo que ocurre en nuestro planeta, lo que conlleva a que sientan una mayor responsabilidad por las necesidades y el futuro de nuestro mundo. Es así como muchos prefieren terminar ciclos para luego pensar en tener hijos o, incluso, no tenerlos.

Karla Orrego, egresada de Derecho, es parte de la generación millennial. Al igual que muchas personas de este grupo etario, ella si quiere tener hijos, pero a cierta edad y luego de cumplir etapas: «Me gustaría tener hijos, pero a una edad más avanzada, sobre los 35 años, y de preferencia mediante adopción ya que hay sobrepoblación, hay muchos niños que carecen de una familia en este mundo. Antes de eso, pongo mi carrera, los viajes, la vida en pareja, el desarrollo espiritual y la salud física por encima de criar a una criatura», mencionó la futura abogada.

Pablo Gutiérrez, también egresado de Derecho, si tiene pensado tener hijos, pero a una edad que le permita realizarse tanto en lo profesional y personal: «Mi carrera profesional es mi principal preocupación y necesidad antes de tener un hijo. Quiero tenerlos, pero es necesario que puedan llegar a un lugar donde no les falte nada», comenta.

No tener hijos: una decisión consciente

En cuanto a seguir aumentando la tasa de natalidad en nuestro país, hay gente que no está del todo de acuerdo. Es por eso que también hay personas que simplemente han pensado no tener hijos, pero por factores externos. Una de ellas es Camila Muñoz, estudiante de periodismo y quien indica que, para ella, el desarrollo personal va por sobre la decisión de tener un hijo o hija: «Entre mis planes no está tener hijos, ya que siento que sería un gran impedimento al momento de querer ascender en mi carrera. Por ejemplo, mi gran anhelo es poder estudiar pos títulos fuera del país, pero con un hijo a cuestas todos los planes cambian. Siento que tener un hijo es una responsabilidad que conlleva planificación, la que por cierto para las personas homosexuales se vuelve mucho más complicada», relata la futura periodista, quien además sugiere que las razones detrás de esta decisión son las pocas garantías o posibilidades existentes para engendrar o adoptar un niño en nuestro país.

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Esa misma opinión la comparte Catalina Cubillos, estudiante de Pedagogía Básica: «No quiero tener hijos porque creo que el mundo está lo suficientemente sobrepoblado como para continuar trayendo niños. Además, entre mis planes está irme a estudiar fuera del país, y con un hijo todo debería cambiar. Yo creo que la gran mayoría de nuestra generación está en esta misma ‘parada’, priorizando sus estudios antes que conformar una familia. Y, si en algún minuto cambio de opinión, optaría si o si por la adopción», comenta la futura profesora.

«Yo creo que la gran mayoría de nuestra generación está en esta misma ‘parada’, priorizando sus estudios antes que conformar una familia»

Estamos viviendo un proceso que ya se vivió y se sigue viviendo en otras partes del mundo, como en Europa, pero gracias a la generación millennial,  que pese a las muchas críticas que han recibido por pensar en la paternidad y maternidad como una responsabilidad, nos hemos abierto a ver la crianza no como lo solían ver las generaciones anteriores, como nuestros padres y abuelos, que decían que «un hijo o una hija es una bendición»; son justamente los nacidos entre el ’84 y el ’96 quienes más piensan en su entorno y en las consecuencias de la sobrepoblación que genera el aumento en las tasas de natalidad.

Si bien el envejecimiento de la población puede afectar un país (en lo económico, político, social y en lo relativo a la salud pública), hay otras oportunidades que se presentan, como la inmigración, que pueden traer beneficios a nuestra sociedad y mayores oportunidades para las generaciones venideras.

 

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