Ante la aparente digitalización de las imágenes que acompañan un show en vivo, se esconde un trabajo manual fundido entre superficies y creatividad a la hora de desarrollar la técnica del vídeo mapping.

Puede que en muchos momentos pasen desapercibidos los detalles que acompañan un concierto de música. Entre los artistas, el escenario, las luces, es posible que las imágenes en proyección pasen a segundo o tercer plano. Sin embargo, existe toda una dinámica que funciona al interior este oficio, pues el llamado vídeo mapping es más que solo ocupar un proyector.

La técnica, a pesar de que originalmente se remonta hacia las famosas representaciones de las sombras chinas (a. C.), alcanza su apogeo a fines del siglo XX, cuando las capacidades y avances multimedia permitieron la transformación de superficies con realidad virtual y performance. Sin embargo, en la actualidad son escasos los espacios con facultades académicas en el área. Los cursos y talleres, impartidos principalmente en Europa, condicionan a trabajar desde el autoconocimiento a los interesados en esta expresión visual.

La proyección como un trabajo

Daniel Castillo es el encargado de hacer las visuales en el bar Casa de Salud todas las semanas. Él, junto a un grupo de jóvenes penquistas, se dedican a incentivar y desarrollar esta técnica de proyectar imágenes en una superficie y generar efectos 2D, 3D o realidades virtuales. “Funciona con un data show que se conecta al computador y éste es el que da la señal para transmitir. Hay distintos programas para hacer efectos y poder elegir lo que vas a pintar con la luz”, comenta Castillo.

Daniel, quien trabaja bajo el pseudónimo de “Estúpido Austral”, estudió diseño industrial y, si bien era bueno para la parte de computación, nunca se le ocurrió dedicarse a esta área. Más tarde empezó a trabajar de mecánico y hace alrededor de seis años que partió haciendo visuales gracias a un amigo que hacía fiestas electrónicas y el cual no tenía a nadie en la parte gráfica. De esta forma, junto a un computador, Castillo ponía “vídeos raros” que sacaba de internet.

Versatilidad en la técnica

El vínculo que existe entre el vídeo mapping y las fiestas, principalmente de estilo electrónica, es innegable. Un buen beat musical, acompañado por animaciones plasmadas en ciertas texturas, puede llegar a transformarse en una verdadera experiencia sensorial. No obstante, durante los últimos años, esta técnica visual ha demostrado su versatilidad a través de diversas instancias.

En Chile, la proyección de la historia del país sobre la fachada de La Moneda para el bicentenario puede ser una de las imágenes más significativas del uso de esta técnica. Por otro lado, en Concepción, una exhibición de la cultura penquista en el edificio de los tribunales, junto a los Premios Ceres y el festival Rock en Conce, se convirtieron en instancias claves para el desarrollo de esta práctica en la zona.

Como herramienta local

En ese sentido, Freddy Rojas, diseñador gráfico, visualista y también dedicado al video mapping, ve a Concepción como un óptimo lugar para esta práctica. “Al haber tantas expresiones artísticas en la ciudad, el desarrollo de la proyección es una muy buena herramienta para poder hacer shows de calidad, ya sea teatro, escenografías, música en vivo o publicidad. Además de ser una técnica nueva o que no se ha visto lo suficiente en la Región”, relata por celular, mientras se encuentra al otro lado de la cordillera terminando, justamente, un curso de arte visual.

Asimismo, Jorge Arancibia, también visualista, menciona que Concepción es una buena plataforma porque, al ser pequeño, se crea una necesidad que se tiende a masificar rápido. “Ahora todos los locales que tienen electrónica van a querer visuales, todos los shows que vienen, de ahora en adelante, son con una pantalla LED, por lo tanto necesitan visuales”, asegura Arancibia.

Así, el panorama se complementa con un taller de mapping para escenarios e instalaciones que inició hace poco en Balmaceda Arte Joven Concepción. De la mano del colectivo visual Wüñelfe (del que son parte Daniel, Freddy y Jorge), el curso cuenta con herramientas teóricas y prácticas para el desarrollo de proyectos visuales.

Proyectar más allá

El arte del mapping, como también lo denomina Rojas en referencia a una evolución del cine, proyecta sus imágenes para instalarse dentro de un modelo creativo capaz de ocupar la tecnología como un universo de posibilidades.  

“Esta técnica es una búsqueda constante y su evolución tiene mucho que ver con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Le veo mucho futuro a este oficio, porque se puede conectar con todas las formas de comunicación que existen en el arte. En Concepción, de a poco la gente se está relacionando con el tema. Así se le va entregando más valor a la función que entrega el mapping y su importancia en el desarrollo de las artes”, asegura Freddy.

Asimismo, “Estúpido Austral” comparte el síntoma de que este trabajo, más allá de la habilidad, va en ascenso, asegurando que en la capital se está desarrollando bastante y a nivel mundial la técnica va en ascenso. “Es una cosa que hace diez años no existía, o era simplemente como arte aparte, pero ahora funciona de la mano con otras expresiones”, afirma el visualista.

La técnica del vídeo mapping avanza y de a poco se va conformando una escena en Concepción y Chile. Así, las expectativas de esta área apuestan por convertir la proyección en un arte visual, digno su propia exhibición.

A continuación te invitamos a revisar esta infografía con un resumen de las técnicas del vídeo mapping: