Liberen el pezón: Instagram, la red social que insiste en la censura

Hace algunos años comenzó a hacer ruido en las redes sociales el curioso hashtag #Freethenipple. Esta declaración consiste en exigir a Facebook e Instagram eliminar las políticas de uso que prohíben la publicación de fotografías que contengan pezones femeninos.  

Censura patriarcal en las redes

Instagram mantiene algunas normas, con el propósito de mantener la seguridad de las y los usuarios. Considerando, además, que la descarga de la aplicación es desde los 14 años. No se admite, por tanto; contenido infantil pornográfico; mensajes que fomenten la autolesión y trastornos alimenticios; imágenes discriminatorias; y desnudos totales.

En estos términos de seguridad se acepta la exhibición de un torso masculino completo. A diferencia de esto, un seno de mujer no podría estar más de unas horas en esta aplicación. Incluso se han omitido fotografías de mastectomías, ciclos menstruales; vello corporal de mujeres y fotos de lactancia. ¿Por qué omiten nuestro cuerpo? No es inapropiado, ni violenta.

Para Cecilia Ananías, periodista dedicada a la investigación y formación en línea de Género, Internet y Medios, la censura en estos casos es totalmente descontextualizada. “El cuerpo femenino suele ser reducido a lo sexual. Un objeto que debe estar dispuesto a despertar el placer ajeno. Que puede ser mirado, usado y desechado.”, declara Cecilia.

Un trasfondo complejo; y violento

Esta prohibición impacta en diversos aspectos de la vida de las mujeres, desde la infancia. “Pierre Bourdieu -no es el único autor, pero uno de los más conocidos- analiza este tema en La dominación masculina y da varios ejemplos. Como la diferencia entre los uniformes de hombres y mujeres, ¿habrá algo más penca que la falda de colegio que no permite correr, saltar, que revela los calzones al primer movimiento en falso y que te hace pasar frío en invierno? Por eso él explica que la ropa de hombre está hecha para ocultar, disimular y estilizar; mientras que la ropa de mujeres, siempre va pegada al cuerpo, expone, inseguriza y ni siquiera es funcional (¿has intentado encontrar un vestido o pantalón con bolsillos para mujeres? Cuesta su rato)”.

 

Fotografía por Nicole Villanueva

No basta con transformar las normas de una página social. Desde el activismo se debe trabajar en desmontar las bases culturales que permiten esta censura. “Cada paso que se da contra la censura, debe ser cauto, de manera de fomentar el arte, la performance y la corporalidad propia, pero no acabar fomentando (aún más) industrias nefastísimas del sistema neoliberal, como la pornografía (donde los principales resultados de búsqueda están relacionados a violaciones e incesto) y la prostitución (que más que prostitución voluntaria, suele ser trata de personas o explotación de mujeres precarias)”, declara la cientista. Cecilia es parte del directorio de ONG Amaranta, un espacio interdisciplinario dedicado a visibilizar las problemáticas que enfrentamos las mujeres en una sociedad patriarcal.

Resistiendo desde el arte

Las artistas plásticas ven afectada su obra y trabajo debido a la censura. Pese a ello se mantienen desde el activismo, transgrediendo las normas y normalizando los cuerpos prohibidos. La disidencia, la naturalidad y la diversidad son retratadas por estas creadoras. Camila Valenzuela, Le_moon_le_soleil en Instagram, es una joven feminista que trabaja la el retrato y autorretrato de desnudos. En su archivo puedes observar senos, vellos corporales, paisajes. “Quiero poder presentar nuestro propio orden simbólico femenino. Que se mueve en otro tipo de relación. Donde las disputas de poder, por ejemplo, quedan fuera. Al margen de lo masculino, me permito crear con mujeres para recordar que no pueden borrarnos”. Para ella es importante combatir la idea de que no tenemos un espacio para ser y hacer.

Camila toma fotografías hace tres años y cuenta con un archivo de imagen que, la mayoría del tiempo, debe publicar pixelado para evadir el riesgo de que le bajen el contenido. “Las redes sociales se configuran, y sobre todo en el contexto del último tiempo, como plataformas ligadas a la efervescencia del capitalismo. En este sentido, la alianza con el patriarcado se refuerza. Hay que recordar que la trata de mujeres, por ejemplo, mueve cantidades absurdas de dinero. Si está libre no vende”.

 

Fotografía por Camila Valenzuela
Fotografía por Barbara Salgado

Nicoleth, fundadora del proyecto Dementica Clothing, se ha enfrentado al reporte masivo de usuarios en algunas de sus publicaciones. En otras ocasiones ha observado cómo usuarios comienzan a comentar ofensivamente las fotografías de las modelos. “Cuando comencé con mi tienda en las redes sociales, me censuraron muchas imágenes que consideraban inadecuadas. También sucedía que las chicas que colaboraban en las fotos, comenzaron a ser acosadas y violentadas en la misma aplicación”, cuenta.

 

Estas denuncias y reportes ocurren por presentar cuerpos grandes, que rompen con el estereotipo de belleza que solo considera figuras delgadas. En el último caso, y que fue altamente difundido por seguidoras de la tienda virtual Dementica, fue eliminada una fotografía de ropa interior translúcida que dejaba al descubierto vello corporal. “Se rechaza lo que no es de consumo masculino y comercial”, declara la gestora de la boutique virtual. “En esa ocasión, gracias a que muchas mujeres protestaron, a través de la misma aplicación, logré volver a subir la imagen a mi instagram privado”.

La censura de estas páginas sociales tiene un sentido más complejo de lo que se cree. Es un reflejo de una sociedad patriarcal que desea mantener el control de nuestros cuerpos. Fragmentar las identidades de las mujeres que se revelan ante estas normas. ¿Por qué ocultar nuestros procesos biológicos? La lactancia o la menstruación no son inapropiadas. Sí lo es el uso violento y subyugado que hacen de nuestro género.

Fotografía por Bárbara Salgado.
Fotografía por Camila Valenzuela.

Revisa a continuación algunas de las fotografías que Instagram censuró:

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