Idealización de los trastornos alimenticios: belleza ficticia donde sólo hay dolor

Hablar de salud mental en Chile y asumir la precariedad de esta, es sólo la punta del iceberg. Dentro de todo lo que esta conlleva, son muchos los submundos de los que nadie habla, o peor, que están idealizados en algún segmento de la población.

La gran influencia de la cultura yankee, y en este último tiempo, también oriental (a raíz de la inserción de fenómenos como el animé y el k-pop), han instaurado distintos estereotipos en la sociedad chilena, ligados a cánones de belleza basados en la extrema delgadez de los cuerpos, y que influye de manera directa en las personas que consumen el contenido cultural que proviene de dichos lugares del globo.

En conjunto con la adolescencia, época llena de cambios emocionales y físicos, estos factores han influido en el desarrollo de distintas patologías mentales: no es casualidad que el 6,2% de la población chilena padezca de depresión, y que alrededor de 500 mil chilenas (entre los 14 y 30 años) estén diagnosticadas con algún trastorno alimenticio.

Pero…

 

Cuerpos delgados como un ideal

Uno de los más grandes problemas a los que se enfrentan quienes padecen de estos trastornos, es la connotación romántica que se les da, atribuyéndoles otro sentido, en el cual está bien el sufrimiento y el auto inferirse daño. Esta situación se relaciona de manera directa con el contenido que se difunde en algunas plataformas sociales.

Tumblr, en este caso, sería el espacio más simbólico para idealizar los trastornos alimenticios. Si bien el pasado diciembre se modificaron las normas de la comunidad, dejando en claro la prohibición de fomentar o ensalzar conductas autolesivas, dentro de la plataforma aún existen sitios que promueven la bulimia y anorexia, y entregan información a las y los jóvenes para continuar con estos patrones, incluso enalteciéndolos por realizar estas prácticas.

Además de esto, el contenido cultural se encuentra en todo tipo de dispositivos: no olvidemos que la televisión y las revistas, de manera histórica, han promovido cuerpos extremadamente delgados, estableciendo como norma el bajo peso en las personas. Sumado a eso, la industria de la moda y su presencia en la actualidad en distintas redes sociales (Instagram en especial), permite que las y los jóvenes estén aún más expuestos a mensajes que les indican que su más grande aspiración (en cuanto a sus cuerpos) es la extrema delgadez.

No es novedad, que a raíz de esto, modelos emblemáticas hayan desertado de sus carreras (Cara Delevigne por ejemplo), enviando un fuerte mensaje a sus millones de seguidoras y seguidores a dejar de naturalizar los dañinos cánones de belleza que la industria dicta a quienes la consumen.

«Los medios de comunicación tienen gran influencia en los estándares que creamos como sociedad. Es el caso por ejemplo de la idealización de los cuerpos, los cánones de belleza que observamos a diario en las redes sociales y medios de comunicación, que de cierta manera afectan de forma particular a las personas que tienen tendencia a la inseguridad y baja autoestima respecto a su propia imagen, las cuales son en su mayoría mujeres», explica la psicóloga Nicollete Oñate.

Internalización de la delgadez

En su investigación «La preocupación por el peso y la figura corporal en las niñas y adolescentes actuales: ¿de dónde proviene?», la Dra. Mónica Faccini del Instituto Psicosomático de Buenos Aires (IPBA), define este proceso como algo «progresivo, en el cual representaciones internas del sí mismo y del propio cuerpo reemplazan a las interacciones entre la persona y el mundo externo». Explica que los niños y las niñas, a raíz de sus relaciones significativas, van internalizando estas interacciones en torno a sus cuerpos (y sus diferentes partes) desde la aceptación o el rechazo, ya sea mediante las palabras o la comunicación no verbal.

Del mismo modo, se refiere a este proceso desde los ideales impuestos socialmente como algo que desear: «Una vez que la delgadez se reconoce como el estándar social para la apariencia ésta es internalizada. La brecha existente entre el ideal y la percepción que el sujeto tiene de sí mismo determinará el grado de satisfacción con el propio cuerpo». Del mismo modo, establece que la internalización de la delgadez sería uno de los puntos centrales en las causas del desarrollo de un trastorno alimenticio, y que esta se manifiesta de distintas formas: conducta dietante, burlas en relación al peso y también conductas alimentarias alteradas.

Un camino hacia la prevención

Los cambios sociales a los que nos hemos enfrentado, tanto como país como a nivel mundial, han ido aportando progresivamente granos de arena para crear un cambio en la forma en que vemos nuestros cuerpos. A diferencia del panorama que predominaba en redes sociales años atrás, el cual estaba lleno de distintos desafíos que impulsaban a las personas a seguir adelgazando, en este último tiempo han surgido diferentes campañas y activistas para que aceptemos y amenos nuestros cuerpos, sin importar los estándares que intentan imponer.

El #BodyPositive llegó con fuerza a Chile, instancia que permitió que activistas como Antonia Larraín y Javiera Wayne utilizaran su presencia en redes sociales par enviar un mensaje de aceptación, y se unieran a distintas campañas mediáticas para normarlizar los cuernos que no encajan con los estándares impuestos.

Del mismo modo, nace Deconstruidas, una comunidad Body Positive que responden a esta necesidad. “Por mucho tiempo el sistema nos ha impuesto seguir ciertos cánones de belleza haciendo con esto que todos nos preocupemos más de cómo nos vemos que de nuestros intereses personales. Y es muy importante dejar en claro que el cuerpo no nos define como personas y que podemos lograr una buena salud mental y física sin tener que estar obsesionados por cómo nos vemos y nos ven”, declaran en una entrevista con Qué Pasa.

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Todos estos cambios, demuestran que si es posible cambiar las visiones erradas que predominan en la sociedad respecto a cómo deben ser nuestros cuerpos, y que hay diversos modos en los cuales podemos aportar para eliminar todos esos estereotipos. «Es fundamental trabajar la autoestima y la seguridad personal, validar la experiencia de la otra a través de la escucha comprensiva y buscar otras formas de elogiar a las personas sin la necesidad de hacer comentarios relativos al cuerpo y a la imagen, porque de esta forma contribuimos a reproducir esta presión social por la idealización de los cuerpos y hacemos que la otra persona solo se sienta insegura o preste atención sólo a esta parte de sí misma», finaliza Nicollete Oñate.

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