La importancia del rol de la familia para fomentar la lectura en los niños durante las vacaciones

Una vez finalizado el año escolar, las obligaciones de los niños disminuyen teniendo un mayor tiempo libre para el ocio. Sin embargo, es importante mantener una constancia y motivarlos a leer para que no pierdan los conocimientos adquiridos.

La lectura es un elemento fundamental para el desarrollo de toda persona, por lo que se hace esencial fomentar la lectura desde los primeros años de edad. Sin embargo, según cifras entregadas por el Ministerio de Educación (Mineduc), un aproximado de 158 mil niños del sistema escolar nacional pasan a segundo básico sin un nivel adecuado correspondiente a la edad.

Así como mencionan desde el propio Mineduc, estas cifras son alarmantes si se considera el hecho de que un niño con buenas habilidades lectoras puede aumentar en un 30% su rendimiento escolar. En este sentido, en noviembre de 2018 se anunció la implementación del plan “Leo Primero”, el cual tiene por objetivo lograr que todos los niños aprendan a leer en primero básico y, de esta forma, complementar su capacidad de comprensión en todos los ámbitos.

Si bien esta medida presenta un gran avance en esta materia a nivel nacional, en los últimos años se ha hecho evidente la gran barrera que suponen los períodos en que los niños están fuera de los colegios. Debido a esto, se hace necesario ampliar los métodos educativos más allá de la sala de clases, involucrando a las familias como las principales responsables.

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Una buena capacidad lectora a temprana edad puede ayudar a mejorar el rendimiento escolar en general de los niños [Fotografía: El Dínamo].

Casos exitosos para fomentar la lectura

Varios proyectos se han llevado a cabo con éxito buscando mantener los índices de lectura en los niños durante las vacaciones. Uno de las más exitosas, es el implementado por la Fundación Leer que, en sus 20 años funcionando en Argentina, ha beneficiado a más de dos millones de niños y jóvenes.

La iniciativa que se llama “Leer 20-20”, busca establecer un hábito de lectura en que los niños lean 20 libros al año y 20 minutos al día. Así, para combatir el receso de las vacaciones, crearon bajo la misma lógica la campaña “Leer 20-20 Desafío Edición de Verano”. Mediante esta, ponen a disposición de las familias recursos electrónicos gratuitos para fomentar la lectura, con más de 250 libros y juegos en línea.

Uno de los factores más importantes es considerar los intereses de los niños para motivarlos a leer [Fotografía: Fundación Leer]
A pesar de que su foco no está pensado especialmente para el verano, el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa de España creó en conjunto con la plataforma Leer.es el programa “Crece leyendo conmigo”. En este caso, la iniciativa busca acercar los libros mediante sus diversas temáticas a los prelectores e iniciar a los primeros lectores creando un hábito de lectura.

En base a lo anterior, el sitio web pone a disposición material didáctico no sólo para ser utilizado por profesores en clases, sino que posee la particularidad de que lo pueden emplear los padres en casa. Así, los recursos son divididos según las edades de los niños (hasta 3 años, de 4 a 7, de 8 a 11 y más de 12 años) y ofreciendo estrategias que se puedan emplear con mayor efectividad en el hogar.

Por último, a nivel nacional la iniciativa con mayor índice de éxito ha sido el proyecto “Leyendo en Red”. Impulsado por la fundación Había Una Vez asociada a la Fundación Luksic, busca impactar en los sectores rurales vulnerables y aislados culturalmente, de las regiones de La Araucanía y Los Ríos.

El principal objetivo ha sido el implementar bibliotecas de altos estándares de calidad en estas comunidades, garantizandoles acceso a libros durante todo el año. Además, destaca por el sistema de apadrinamiento utilizado, en el que se capacitan estudiantes que fomenten la lectura en sus pares más pequeños. Misma práctica que se lleva a docentes y padres, que son capacitados para acompañar a los más pequeños en los procesos de lectura.

El rol de la familia para motivar la lectura en los niños

Gladys Valdés, académica del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Concepción (UdeC), comenta que en primera instancia es importante hacer un análisis respecto a lo que se les hace leer a los estudiantes en el colegio. “Muchas veces estas lecturas no responden a su desarrollo psicosocial y, más importante, no responde a sus motivaciones”, comenta la profesora.

En este sentido, las lecturas deben ser llamativas e incluir actividades más allá de esta, como incentivar al niño a expresar sus ideas de lo leído. Así, durante la infancia, las ganas de leer no deben provenir solamente desde los niños, sino que también desde los propios padres, quienes son los encargados de llevarlos a bibliotecas o librerías para que se familiaricen con este entorno.

En una entrevista publicada por Diario Z, Rocío Bressia, especialista de la Fundación Leer (Argentina), menciona que en este caso la lectura se debe entender como una práctica cultural en la inciden las escuela, padres e incluso referentes televisivos. No podemos ser una sociedad que le dice a los niños que lean, mientras nosotros no lo hacemos. Compartir la lectura es tal vez la estrategia más poderosa para formar a los niños como lectores”, asegura.

Asimismo, Gladys Valdés menciona que “hay que buscar nuevas estrategias, que sean más motivadoras y que, de hecho, existen en nuestra ciudad. Tenemos por ejemplo la Biblioteca Viva, donde se hacen talleres de escritura por ejemplo, existen posibilidades y hay que buscarlas y ocuparlas”.

De esta manera, queda en evidencia el rol fundamental que juegan las familias para incentivar la lectura en los niños, especialmente en estas épocas del año. Tal como se puede observar en la siguiente infografía, en donde se muestran los beneficios que esto puede significar para los niños según los resultados obtenidos del Simce de Lectura realizado en 2017:

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