Streaming vs la sala de cine

Cada mes, un servicio de streaming expande su catálogo de series y películas, ya sea con producciones originales o material del cual poseen las licencias comerciales y de distribución necesarias para exhibirlo a quienes pagan su suscripción. Mientras que esto pasa, cada mes en las salas de cine llega alguna cinta nueva que pretende, con la venta de boletos para su exhibición, recuperar el dinero de la inversión. ¿Compiten ambas formas de ver una película?

En diciembre de 2018, la plataforma de streaming online Netflix estrenó la película ‘Roma’, del director mexicano Alfonso Cuarón, la cual se convirtió en un éxito aclamado por la crítica, incluyendo nominaciones a diversos premios (Globo de Oro, Critic’s Choice Awards, OSCARS).

Si bien su primera exhibición fue en el Festival de Cine de Venecia el 30 de agosto de ese mismo año,  y posteriormente en algunas salas de cine específicas seleccionadas por el equipo de producción, Roma fue liberada para todos los suscriptores de Netflix debido a un acuerdo en la distribución internacional del film.

Durante una ronda de prensa, un periodista consultó al director mexicano Alfonso Cuarón sobre si el “estreno falso” de su última obra, sólo en unas pocas salas de cine, fue para competir en la temporada de premios con una película de Netflix, a lo que el director respondió en resumidas cuentas: “¿Cuántos cines hubiesen estrenado ‘Roma’, un drama mexicano en blanco y negro, en español y sin estrellas del cine?” La respuesta dejaría callado a cualquiera que cuestione la decisión del cineasta.

A partir de lo anterior, es posible preguntarse ¿las plataformas de streaming ayudan o matan el cine?

Arte vs negocio, sillón vs butaca

Con el ejemplo de ‘Roma’, y la opinión de Cuarón y muchos otros críticos especializados, es entendible el hecho de que ciertas películas no están hechas para estrenarse en un cine comercial,  o mejor dicho, no conseguirían los réditos necesarios para cubrir su inversión (si, el hacer cine también es negocio) además de que muchas veces los fracasos en taquilla se asocian a una mala crítica sobre el trabajo.

¿Entonces podemos poner a combatir los pro y contras de la industria del cine en las salas versus la industria del cine en las plataformas de streaming? No, porque al final son un complemento. Una película estrenada en una sala de cine comercial, si es un éxito de taquilla y crítica (o no) de igual forma llegará no solo a la reproducción online, si no que podrá ser exhibida en la televisión abierta o el cable, eventualmente. Por lo tanto, de igual forma logrará alcanzar un público mayor al que alcanzó posiblemente en su estreno, y esto le entrega otra oportunidad a un film de cumplir (en parte) su objetivo.

Es cierto, puede pasar mucho tiempo entre que una película estrenada en el cine llegue a una plataforma como Netflix, Hulu o Amazon Prime Video (pueden pasar entre 10 y 15 semanas antes de que ocurra) ya que finalmente depende de los contratos que las distribuidoras firmen con los servicios de streaming.

Aún así, la preocupación de la industria del cine “convencional” se mantiene, pues dentro de la competencia no solo se mueve Netflix, Amazon o Hulu. Los grandes conglomerados de medios (al menos los que están abocados a las producciones audiovisuales) también han incursionado en los servicios de plataformas, como es el caso de HBO con HBO Go y FOX, con FOX Play, y próximamente Disney hará lo mismo.

Frente al aumento de uso de Netflix en la industria del entretenimiento, el cine aún tiene una mayor aproximación a la cúspide de esta pirámide. La gente aún ama ir a cine y disfrutar de esta experiencia. Además, lo rentable de este negocio también se relaciona a aspectos como los restaurantes, la confitería y la constante reinvención de las salas de proyección, como el  formato IMAX. Lo anterior es un hecho, y Netflix (el líder y pionero) lo sabe.

¿Una sala de CiNETFLIX?

La democratización del contenido. Es una frase que puede resumir lo que han hecho los servicios de streaming. Neflix ha sido prionero en ese sentido, y ahora apuesta por más, ya que (y validando la tesis del complemento, expuesta arriba) pretende comprar salas de cine para proyectar sus estrenos, lo cual tiene mucho sentido.

Según informaciones de Los Angeles Times, la plataforma líder en streaming estaba negociando con la cadena de cines Landmark Theatres,  pero al no llegar a un acuerdo, la opción sería construir sus propias salas de cine.

Las salas de cine y el streaming se complementan y esto lo entiende Netflix. Sólo en 2017 gastó más de 8.000 millones en sus producciones originales, y en 2018 ya estrenaron cerca de 80 películas de producción propia. Esto significa que Netflix tiene mucho material para exhibir en (sus posibles) salas.
(Imagen: Gizmodo)

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