Las dificultades del Teatro: Un arte en resistencia

A principios del siglo xx se produjo un explosivo desarrollo en el teatro chileno, que hasta ese momento era dominado por la presencia de extranjeros, promoviendo así la aparición de compañías y dramaturgos nacionales. Durante 70 años, el teatro se fue posicionando como una forma de representar, cuestionar y denunciar las problemáticas sociales pero no fue hasta la llegada de Pedro Aguirre Cerda que el quehacer teatral se profesionalizó.

En 1944, como medida para colaborar en el desarrollo cultural, ex alumnos y alumnas de la Universidad de Concepción conformaron la compañía TUC (Teatro de la Universidad de Concepción), un movimiento que remarcó las manifestaciones culturales de la región hasta su cierre en 1973.

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Después del Golpe de Estado, así como todas las actividades del país, el desarrollo del teatro fue perturbado, provocando que no existiera actividad teatral formal por casi un año, lo que desencadenó un desafío histórico que aún afecta a las actrices y actores de la región.

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                                                                                                            Fuente: Archivo Fotográfico UdeC

Valentina Durán estudió Teatro y Pedagogía Teatral en la Universidad del Desarrollo. Desde que egresó en 2005 ha participado en todas las áreas que abarca su profesión, la que cataloga como “difícil pero fascinante”. No obstante, cree que existe un desafío histórico de reabrir las escuelas de formación teatral y apreciar las artes como una forma de entender las condiciones que se requieren para ejercerlas.

Las problemáticas que aquejan al teatro se extienden en varias áreas de la profesión.Javiera Crisosto, integrante de la compañía teatral La Intrusa, resalta que el financiamiento también es un desafío en el mundo de las artes “Hay que depender siempre de los fondos culturales y los concursos…. puede que te salga y estar bien un año, sin embargo eso no te garantiza estabilidad”.

 

La falta de financiamiento y de políticas que impulsen el teatro no centralizado y la creación de carteleras más desafiantes en la zona se ha convertido en un obstáculo para sus gestores, una travesía que parece utópica cuando no hay nadie ni nada que te respalde.

Gonzalo Ramírez participa del colectivo La Intrusa hace cuatro años, desde entonces conoce de cerca las limitaciones del mundo teatral, de tal forma que, en muchas oportunidades, él y sus compañeros han tenido que recurrir a situaciones no acontecidas en su oficio “Yo no tengo problema en hacer fiestas infantiles o cuenta cuentos…pero si es un problema cuando tienes que hacer cosas ajenas como garzonear o vender cocadas…”.

                                                                                                                                             Gonzalo Ramírez y Javiera Crisosto  

La participación y percepción de la sociedad frente al teatro también es una problemática. En una sociedad cada vez más temerosa de los sentimientos, los actores y actrices hacen uso de este recurso artístico, que contribuye a la mejora de las relaciones entre el individuo y su entorno, como protesta en contra del individualismo.

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