El compromiso colectivo con la autogestión

Ha logrado imponerse desde diferentes estructuras, generando métodos de organización que han sido capaces de posicionar a espacios que hoy se sustenta gracias al apoyo en comunidad.

Desde hace algún tiempo la autogestión se ha vuelto popular entre quienes desean levantar un mecanismo autónomo de organización, con objetivos propios y que además impulsan  compromiso entre quienes trabajan en el mismo espacio.

 

 

En Concepción ya son varios los lugares que han tenido éxito generando proyectos colectivos. Uno de ellos es Color Local, el emporio que desde el año 2015 fomenta en los penquistas la alimentación saludable con productos agroecológico provenientes de la región. 

 

Trabajan con una red de campesinos productores de la zona para fomentar el negocio local, generando una organización colectiva, pues todos quienes forman parte del emporio lo abastecen con sus propias cosechas de frutas y verduras.

 

Macarena Zambrano, gestora del emporio, comenta el funcionamiento del lugar. “El espacio no sólo funciona como comercio, sino que busca producir una mirada consciente a través de actividades de economía solidaria. De igual manera se genera una educación con respecto a cómo nos alimentamos y que comemos, ejerciendo así una soberanía alimentaria”.

 

Otro de los lugares que ha tenido gran avance es el espacio cultural La Escombro, el cual se caracteriza por ser una “casa okupa” anti autoritaria y que lleva más de 12 años inmersa en una población de Concepción.

 

Surge ante la necesidad de reunirse y confluir ideas, desde un ambiente musical con un contenido social y crítico. P.L.M cuenta cómo fue levantar el espacio: “Desde nuestros ahorros vendimos cosas para comer, con lo que arreglamos el techo, el piso y pudimos poner instalaciones de luz y agua que antes no estaban. Desde la autogestión pudimos levantar este espacio y darle el sentido que hoy tiene”.

 

 

Desde esa base implementaron una biblioteca comunitaria, haciendo que la gente de la población tenga a la información y saberes que hoy en día no son accesibles a todos. Así, se fueron implementando talleres para niñas y niños,  jornadas de cine y se habilitaron salas de ensayo, lo que dio paso a que en la actualidad el espacios se sustente mayoritariamente con las tocatas musicales que realizan.

 

Camila Lassalle, quien forma parte de La Escombro, nos comenta su experiencia. “Es vivir en comunidad, ordenarse con las cosas y con los tiempos de los demás. Así se trabaja en el espacio, con la autogestión desde las tocatas y los talleres, eso sí siempre con una línea política clara que es compartir conocimiento y generar un comercio sustentable y justo”. 

 

 

Con diferentes perspectivas pero con un mismo objetivo: generar espacios sustentables que respondan a los interés de quienes conforman la comunidad. Si bien existen casos que no han tenido mayores frutos, podemos comprobar como desde el compromiso y perseverancia se levantan proyectos autogestionados.

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