El comercio ambulante en pandemia

La crisis social que vive nuestro país provocó que el comercio informal aumentase durante los últimos meses. Lo que probablemente en contexto de pandemia sigue en alza. En Constitución, ciudad ubicada en la costa de la región del Maule, los vendedores ambulantes se toman las calles de la urbe, cuidándose de la situación sanitaria a su manera y exponiendo en gran medida a los clientes que adquieren sus productos sin la supervisión adecuada.

A casi siete meses del inicio de los confinamientos preventivos, los comerciantes ambulantes deben buscar alternativas para sobrevivir. Mientras algunos poseen un permiso mensual entregado por la Municipalidad de Constitución para vender en las veredas, otros deben apelar a no ser fiscalizados y vivir en la incertidumbre.  

Hay trabajadores informales que viajan hace muchos años desde los sectores rurales de la comuna buscando vender sus productos y generar ingresos para su hogar. Sin embargo, debido a la pandemia existe un importante incremento en el grupo de personas que están desempleadas y buscan el comercio en la vía pública como una solución rápida para conseguir un sueldo.

En mi opinión, las autoridades ya no pueden supervisar al igual que antes, por lo que hay que reconocer este fenómeno cultural como una consecuencia social del Covid-19. Considero que la gente ve este tipo de trabajo ambulante como una forma rápida y sencilla de generar ingresos. Hoy por lo demás, los clientes prefieren ahorrar dinero y la calle es el lugar donde se encuentran los precios más accesibles


¿Es seguro comprar productos a vendedores ambulantes?
              (Foto: Matías Ortega)

Los comerciantes ambulantes de Constitución no aseguran las medidas sanitarias para sus clientes y dejan a la suerte del día a día un posible contagio. Si bien, esta comuna se encuentra en la Fase 3 del plan estratégico de desconfinamiento instaurado por el gobierno. El incremento de nuevos vendedores ambulantes ha sido exponencial y me atrevería a creer que, con la llegada de fechas importantes para el comercio como navidad y año nuevo, este siga en aumento y provoque riesgos para mercaderes y compradores.

A mi parecer, el vendedor o persona que manipula los productos debe preocuparse de su higiene personal y asegurarle al comprador que está respetando todas las medidas sanitarias, dejando a la libre decisión de cada cliente el comprar o no en la calle. Aunque hoy en día existen fiscalizadores, creo que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto o en un futuro cercano estos espacios de comercio se convertirán en el escenario ideal para un rebrote.

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