El nombre “Sputnik V” de la vacuna rusa contra el coronavirus tiene una razón de existir, en honor al satélite “Sputnik I” lanzado en 1957 por la extinta Unión Soviética, el primer satélite enviado al espacio por el ser humano. El nombre es una referencia intencional directa a la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS de la guerra fría.

La carrera espacial llevó ambas super potencia en una competencia tecnológica por alcanzar la supremacía ante el mundo, es decir, llevarse la corona de ser la primera potencia en poner un pie en la luna, marcar un hito sin precedentes capaz de elevar el estatus de una nación completa.

La carrera sanitaria

Hoy en día, ante el caos de la actualidad, estamos viviendo un escenario similar en donde más de dos super potencias se enfrentan por la victoria, el número de participantes aumentó y cada uno compite por lograr que su prototipo de vacuna sea el potencial nuevo salvador de la humanidad.

El escenario es sin duda peculiar ya que, durante los años de guerra fría, tras la constante amenaza del rival por tomar la delantera. Ambos países lograron adelantos importantes en materia de ciencia aeroespacial.

En tiempos de desesperación es cuando el ser humano saca lo mejor de sí. La humanidad ha enfrentado tres pandemias durante las últimas décadas. La fiebre porcina, el virus Ébola y ahora el Coronavirus. La emergencia sanitaria ha obligado a la ciencia médica internacional trabajar en conjunto y descubrir adelantos que, sin el miedo de enfrentar un poderoso enemigo, quizá nunca se hubiesen alcanzado. Similar a lo que ocurrió con los adelantos nucleares del siglo XIX.

Llevado al año 2020, tenemos a China, Estados Unidos, Rusia y Reino Unido como los principales desarrolladores de los prototipos de vacuna contra Covid-19. Sputnik V se robó la mirada del mundo hace un par se semanas cuando anuncio su nombre y que además empezaría la fase de vacunación con voluntarios a modo de prueba.

Desde la mirada y opinión de un mortal del tercer mundo, se hace interesante revivir una carrera al puro estilo de la Guerra Fría. Con la obvia excepción de no ser espacial, sino sanitaria y medicinal por descubrir la vacuna prometida. El misterio de cuál será la nueva potencia en declararse victoriosa es el ante sala del próximo nuevo vengador reemplace a Estados Unidos de su agotada imagen de salvador. Esto último, solo si logra de ser derrotada esta vez.