La desigualdad en la educación como talón de Aquiles de la pandemia

Dentro de la cotidianidad y su vorágine, diferentes tópicos lograban pasar desapercibidos a la mirada de la mayoría de los chilenos, esto se ha vuelto más difícil los últimos meses. La pandemia ha conseguido destapar y poner sobre la mesa uno de ellos, la desigualdad de oportunidades que se vive dentro del sistema educativo.

Desde que las autoridades se vieron en la obligación de cerrar los recintos educacionales en pro de la seguridad sanitaria de los estudiantes, los cuadernos y lápices quedaron relegados. La educación en línea se propagó igual de rápido que el virus que mantiene alerta a todo el mundo, la diferencia radica en que solo uno ataca con distinción de clase. 

En contraste al llamado de las autoridades a quedarse en casa, muchos estudiantes de los sectores más remotos y/o vulnerables de Concepción y el resto de Chile, se ven obligados a poner en riesgo su salud y la de sus cercanos para recoger material que espera reemplazar el formato virtual de enseñanza a la que solo algunos pueden acceder.

A diferencia de lo que la capital de la región con altos edificios y diferentes proyectos de innovación y tecnología puedan crear en el ambiente; la internet y los aparatos electrónicos más cotidianos forman parte de la utopía de muchas familias en el territorio. Esto pasó de ser un lujo que no lograban permitirse, a una necesidad que no logran cubrir, en cuestión de semanas. 

El abrupto cambio a la modalidad en línea, dejó a miles de estudiantes fuera del panorama, acrecentando el fenómeno en escuelas municipales con menos cantidad de alumnos y por lo tanto, menor subvención y cubrimiento mediático. Parece ser que, tal como fue con el caso del hacinamiento en Chile, la predominante y siempre presente brecha de desigualdad en la educación, queda fuera de la visión del gobierno. 

Sofisticados programas alcanzaron la popularidad en los últimos meses dentro de los entornos educativos, estos facilitan el aprendizaje a través de material, muchas veces interactivo, además de la supervisión y guía de los educadores a través de videoconferencias. Lejos de esto, las redes sociales tienen el protagonismo para los estudiantes con menos oportunidades, que intentan reemplazar la experiencia a través de las pantallas de sus teléfonos.

En vista de la poca eficiencia de las autoridades para solucionar el problema, un pilar tan fundamental como lo es la educación, se une a la fila de causas que esperan por soluciones con base a la caridad, no siempre, desinteresada de diferentes empresas. 

En un momento histórico, donde las personas alrededor del mundo se han visto obligadas a aprender en el desconocido camino, el talón de Aquiles chileno, hace caer de cara a toda una sociedad empecinada por ignorar lo que por años las calles han gritado: la desigualdad nace y crece en la educación. 

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