Una carrera contra la cuarentena

Durante estos meses, las clases de educación física han sido un apoyo energizante para los niños, un aliento para mantenerse activos a pesar de las circunstancias en las que se encuentran.

El sedentarismo es un tema de suma importancia desde antes del confinamiento provocado por el coronavirus. Según cifras de la Encuesta Nacional de Salud, un 86,7% de los chilenos no realiza actividad física. 

La Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) dio a conocer los resultados del Mapa Nutricional 2019, en donde se vislumbra un aumento de obesidad severa en estudiantes. Josefina Rioseco, profesora de educación física y nutricionista, atribuye las cifras de obesidad infantil a la falta de incentivos por parte del Gobierno en los establecimientos educacionales: “Se considera la rama de educación física como una asignatura secundaria, sin otorgarle la importancia que realmente requiere”.

La pandemia tampoco ayuda a estas cifras, el confinamiento producto de las cuarentenas en diferentes regiones del país genera una tendencia por un estilo de vida sedentario. 

No es fácil para los niños

La psicóloga clínica infanto adolescente, Lorena Romero, indicó que: “El confinamiento es una fuente de estrés para los niños, más aún dependiendo de las condiciones en las que se esté viviendo”. El encierro provoca síntomas ansiosos que se traducen en una mayor ingesta de comida, irritabilidad, desconcentración y uso excesivo de pantallas, esto último termina fomentando el sedentarismo.

Tiempos duros. Ilustración: Alex Solís

Una constante exposición a las pantallas, que sirven como una fuente entretención como también para educarse y asistir a clases, no mejoran la situación. Es imposible escapar de los aparatos tecnológicos, ya que estos, sobre todo para los más jóvenes, son un elemento casi fundamental en el diario vivir. Es la forma de mantenerse conectados con amigos, familia o compañeros y también, para muchos, además es la fuente de aprendizaje, estudio y trabajo.

Una voltereta para la educación

Desde que el coronavirus se apoderó del país, se han suspendido las clases presenciales en todo el país, pero esto no ha sido impedimento para seguir desarrollándolas con una modalidad online, y el ramo de educación física no se queda atrás.

Sin haber ahondado en el tema, me parecía un poco extraño y divertido como estas clases se llevaban a cabo. Provoca curiosidad el nivel complejidad de esta materia tomando en cuenta la forma en la que se está desarrollando, e intriga su verdadera efectividad en los niños y niñas. No le había tomado el valor que se merece hasta escuchar una opinión de un apoderado que comentaba como estas clases se han vuelto las más importantes para los niños durante la pandemia.

Es de suma importancia tomar en cuenta las cifras de sedentarismo en los jóvenes, lo que provoca, sumado a otros factores, altas cifras de obesidad infantil. Además, pensando en el confinamiento, donde las oportunidades de realizar actividad física son bastante limitadas, las clases de educación física llegan como un salvavidas para los niños. 

Actividad física. Ilustración: Freepik

Para Lorena Romero, la actividad física durante el confinamiento reduce los síntomas ansiosos que surgen por la pandemia, ya que “libera endorfinas que permiten vivenciar sensaciones de bienestar que compiten con el cortisol liberado por el estrés del confinamiento”.

Víctor Hurtado ejerce hace cuatro años como profesor de educación física en el liceo República del Ecuador de Tomé, El docente menciona que es muy motivado a la hora de ejercer su labor, y se preocupa de traspasar ese entusiasmo a los niños, esto genera una alta participación por parte de sus estudiantes en las clases que imparte. 

¿La cancha está equiparada?

Surgen varias complicaciones al momento de realizar las clases con modalidad online. Algunos alumnos tienen un buen equipo para conectarse a sus ramos, mientras que otros no tienen buenas cámaras o deben utilizar sus teléfonos celulares. Además de esto, es complicado enseñar tomando en cuenta el espacio que tienen algunos estudiantes, los cuales están muy alejados de lo que son los gimnasios, canchas o espacios al aire libre con los que se contaban en las clases presenciales. 

“Algunos tienen espacios muy reducidos para moverse, esto influye mucho en el aprendizaje, pero trato de adaptarme lo más posible según el contexto de cada alumno” menciona Hurtado.

Las clases online han podido adaptarse al contexto actual y, de esta manera, seguir entregando aprendizaje a los niños, mas es una educación que no tiene la cancha nivelada para todos. Se hace mucho menos tedioso para quienes tienen el equipamiento óptimo, o para quienes tienen un espacio apropiado para atender a las clases de educación física y los demás ramos que están en la malla curricular. 

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