Los efectos de la crisis sanitaria en los gimnasios angelinos

Todos en algún momento escuchamos a alguien decir la frase “cuando los gimnasios abran vuelvo a entrenar”, pero ¿Y si nunca vuelven a abrir?

Los centros de actividad física, tal como lo dijo la presidenta de la Asociación de Gimnasios de Chile, Marcela Díaz, en entrevista con la radio Oasis, cerraron días antes de que el gobierno se los exigiera, puesto que son lugares donde se vela por la salud de las personas. En cuanto a su reapertura, se había programado para la fase cinco del Plan Paso a Paso, sin embargo, la asociación logró arrojar un salvavidas para los gimnasios que se encuentran en comunas en fase cuatro al negociar la apertura anticipada en esta fase, pero ¿Qué pasa con el resto?

Según el visor territorial, entregado por el Ministerio de Bienes Nacionales, en nuestro país actualmente hay veintinueve comunas en fase cuatro y doscientas tres comunas en fase tres. Por lo que esta medida, implementada por el gobierno, no representa ninguna ayuda para la gran mayoría de los gimnasios, en comunas como Los Ángeles (Fase tres), que siguen luchando para no cerrar sus puertas de forma permanente.

La cruda realidad

En la ciudad de Los Ángeles el Gimnasio Gina, con más de treinta y cuatro años de trayectoria, hoy vive la peor cara de esta pandemia. Su cofundador, Juan Carlos Pulgar, actualmente se dedica a trabajar para una empresa de seguridad como guardia nocturno. Juan, alejado de las pesas nos cuenta como fue cambiar totalmente su estilo de vida.

“Ha sido complicado desde el principio, porque yo vivía de esto. Ahora me encuentro con licencia médica por estrés y ganando el sueldo mínimo, porque cuando uno es clase media no agarra ningún beneficio económico”, afirmó.

El Gimnasio Gina lleva cerrado desde el 17 de marzo de 2020 y su futuro sigue siendo incierto: “actualmente sigo pagando el arriendo del local, pero con esto de la pandemia el dueño nos pidió el lugar y además nos subió el arriendo. Pensamos buscar otro sitio, aunque en todas partes los arriendos están super caros”, sostuvo.

A pesar de la incertidumbre, propia del contexto pandemia, Juan es persistente: “yo quiero harto lo que hago, esto lo he ganado a puro pulso. Ahora estoy viendo un nuevo local junto a unos amigos, ya que me ayudarán a pagar los primeros meses de arriendo. Una vez teniendo un gimnasio nuevo, volveré a intentarlo”, exclamó.

La situación de Juan, lamentablemente, se repite entre los propietarios de estos lugares de entrenamiento. Tal es el caso de, Cesar Acuña, uno de los dueños de Extreme Box L.A, gimnasio o Box de CrossFit, que lleva cuatro años dentro de la ciudad angelina.

Actualmente, la situación de Cesar no es de las mejores: “la pandemia nos ha afectado bastante, debido a todas las medidas restrictivas que han impuesto las autoridades de salud. Nosotros arrendamos un local céntrico, por lo que el arriendo es bastante alto. Si antes teníamos para pagar la renta y un poco más, ahora con suerte llegamos a fin de mes”, expresó.

Además, nos cuenta cómo esta crisis no sólo lo afectó a él: “yo aparte de trabajar en el gimnasio soy profesor de educación física, en cambio, mi socio, Mauricio Rivera, ha sido mucho más perjudicado, ya que él vivía de esto. Y por supuesto, también se vieron afectados dos profesores que trabajaban con nosotros, a quienes tuvimos que despedir. Al final, es toda una cadena”, afirmó.

Las clases en línea son unas de las formas en que Extreme Box L.A sigue funcionando. Fotografía por Cesar Acuña.

Aún así, pese a la situación en que se encuentran, Cesar no baja los brazos: “la esperanza es lo último que se pierde, por eso estamos viendo la posibilidad de conseguir un lugar al aire libre, que no sea tan costoso para empezar a generar ingresos. La verdad es que estamos sufriendo con este tema y no queremos perder todo lo que hemos invertido, porque han sido años de trabajo duro para lograr lo que tenemos”, exclamó.

El contexto de la comuna de Los Ángeles no ha sido favorable para la subsistencia de los gimnasios que ven como el camino para seguir en pie se coloca cada vez más cuesta arriba. Lo que inició como un cierre temporal aún no tiene termino y José Muñoz, dueño de Full Fitness, lo tiene más que claro.

“Esto se suponía que iban a ser dos semanas, pero ya van siete meses y seguimos cerrados, esperando avanzar en las fases. El problema es que se puede abrir en fase cuatro, pero estando aún en fase tres seguiremos sin poder trabajar. Hay gente que vivía del gimnasio, como pequeños empresarios que les iba bien y que, de un día para otro, tuvieron que cerrar”, afirmó.

Gimnasio Full Fitness, antes y después de la pandemia. Fotografías por José Muñoz.

Después de casi cuatro años en el rubro y con una pandemia a cuestas, José es tajante a la hora de decir que: “de aquí a fin de año el futuro de los gimnasios, no solo del mío, está super complicado. No se puede cerrar un país por la pandemia, es imposible, económicamente es inviable”, expresó.

Según la Asociación de Gimnasios de Chile en nuestro país existen 2500 lugares de acondicionamiento físico, que antes de la pandemia daban 30 000 puestos de trabajo. Claramente, la apertura en fase cuatro no ha contribuido a reactivar la totalidad de los empleos que se generaban, por lo que el futuro de este negocio, que ayuda principalmente a la salud de las personas, se encuentra en completa incertidumbre.

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