La danza resistiendo ante el caos en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

El área de las artes ha sido históricamente un aspecto relegado en nuestro país, situación que durante la pandemia se ha intensificado. Las acciones de la ministra Consuelo Valdés, han dejado mucho que desear. Desde distintos sectores del gremio artístico han calificado su gestión como ausente y débil.

Hace unas semanas la ministra indicó que “un peso que se coloque en cultura es porque se deja de colocar en otro programa o necesidad de los ciudadanos”, lo que generó indignación en los trabajadores del arte.  

Frente a este tipo de negligencias y declaraciones, instancias como el Festival Internacional LOFT, son una luz de esperanza. El poder rearmarse desde la virtualidad, de forma activa y posicionándose fuertemente a través de la danza contemporánea en un contexto tan hostil, resulta absolutamente desafiante. 

A través de los múltiples esfuerzos y energías del centro cultural Escénica en Movimiento, en alianza con Fundación Teatro a Mil y Teatro Regional del Biobío es que hoy en día se levanta LOFT en versión virtual, instancia que tendrá exhibición virtual de obras de danza contemporánea de forma gratuita, gestionando residencias creativas para bailarines y re estrenando en forma digital obras que tienen relación con el encierro para poder establecer un nexo real con quienes están en sus casas sintiendo el peso de las cuarentenas obligatorias.

Las artes nos permiten conectar con nuestra emocionalidad y, en el escenario de encierro en el que nos encontramos actualmente, el acceso a ese tipo de prácticas ha disminuido considerablemente. LOFT llega a posicionar la danza contemporánea desde una perspectiva local y situada, aterrizada a la situación nacional e internacional actual y enfocada en permitir que las comunidades tengan participación y logren ser espectadores activos a través de la interacción con los artistas en la presentación de sus obras.

Hoy más que nunca se necesita repensar la importancia de las artes en la vida y salud mental de las personas y darle la prioridad que realmente merece, posicionarlo como una necesidad de la población. Para eso, los trabajadores de las artes y las culturas están despiertos y realizando acciones concretas para mantener sus prácticas activas a través de formas muy creativas. El Ministerio es el que está totalmente dormido.