Día nacional contra el femicidio: una mirada desde el Gran Concepción

En la primera conmemoración de este día las calles se llenaron de mujeres exigiendo justicia.

 El 19 de diciembre del año 2005, Javiera Neira Oportus de tan sólo seis años de edad, fue asesinada por su progenitor Alfredo Cabrera. Esto ocurrió ya que el femicida ejercía violencia reiterada contra la madre de la niña y la pequeña en un intento por defenderla fue lanzada por la ventana del departamento del hombre. Luego de este terrible hecho, la madre de Javiera, Marcela Neira continuó su trabajo como activista por la defensa de los derechos de las mujeres y formó la colectiva 19 D. Este año, los frutos de este trabajo organizado se vieron reflejados en la aprobación de la Ley Nº 21.282 que establece el 19 de diciembre como el día nacional contra el femicidio.

Las organizaciones feministas a lo largo del territorio nacional vieron de forma positiva la promulgación de esta ley, en especial para que se visibilice que esta es la forma de violencia más extrema contra las mujeres y como una forma de conmemorar sus vidas. Por lo que, pese a la pandemia, cientos de mujeres se congregaron en distintos puntos del país para recordar a todas quienes fueron asesinadas durante este año.

Primera marcha en conmemoración del día nacional contra el femicidio en Concepción. Fotografía: Marcela Torres.

 Diversas organizaciones confluyeron el pasado 18 de noviembre, llenando las calles céntricas de Concepción de mística y rabia por las que ya no están. La situación en el Biobío tuvo un tinte sumamente emotivo, especialmente porque el día anterior a la marcha una mujer fue asesinada por su pareja en San Pedro de La Paz, lo que generó un tremendo impacto en su comunidad y en las mujeres que se organizan en agrupaciones feministas en ese territorio y las comunas aledañas.

 Para Consuelo Herrera, socióloga y miembro de Mujeres Chiwayantu, organización de mujeres feministas de Chiguayante, esta primera conmemoración fue sumamente complicada debido a este femicidio y recalca los efectos que este tipo de situaciones tienen en las colectivas integradas por mujeres: “Para nosotras como agrupación fue muy triste porque esto coincidió con que en San Pedro de La Paz un día antes fuera asesinada una mujer de 58 años. Fue complicado y tremendamente fuerte, hay que hablar de la carga simbólica y emocional que implica para las mujeres estar expuestas a estas violencias día a día”. 

 Alén Arancibia, feminista del Bloque de mujeres Nonguenche, coincide con Consuelo respecto a lo que fue esta fecha: “Nos remecieron fuertemente estos últimos femicidios en San Pedro de la Paz y ahora también el de María Isabel en Santiago. Todos los días despertamos con noticias de asesinatos a mujeres por el sólo hecho de serlo, de compañeras de distintas partes del territorio”, indicó.

Es un avance, pero no es suficiente: se necesitan más medidas por parte del Estado

Si bien con la promulgación del 19 de diciembre como el día nacional contra el femicidio se asume un reconocimiento estatal, muchas feministas coinciden en que no es suficiente. Este año los asesinatos y casos de violencia contra las mujeres siguen siendo peligrosamente altos. Muchas personas pueden haber pensado que esto no ocurriría de esta forma producto del encierro, sin embargo, los hogares para muchas mujeres es uno de los espacios donde se vive más violencia.

La pandemia ha generado que se agudicen los conflictos al interior del hogar y según cifras del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, en nuestro país las llamadas de emergencia producto de violencia machista han aumentado en un 70% durante este año. Consuelo recalca que este tipo de situaciones han sido gravísimas y comenta que “sabemos que es en los hogares donde se concentran los agresores de estas mujeres que son violentadas física y psicológicamente, lo que muchas veces lamentablemente culmina en femicidios”.

Para Javiera Morales Castellán, Directora de vinculación de ABOFEM Biobío, esta fecha fue un momento para reflexionar tanto personalmente y dentro de la agrupación a la que pertenece. Las reflexiones a las que llegaron tuvieron tintes de dulce y agraz: “Es un asunto sumamente necesario que exista un día contra el femicidio y lo vemos con buenos ojos, pero también es lamentable porque este día simboliza algo que nos duele mucho que es que a las mujeres nos están matando y que esta violencia sistemática y estructural es un problema realmente grave, del que debe hacerse cargo el Estado y todas las personas en su individualidad.”

Respecto del rol del Estado, las visiones son compartidas y Alén comenta que, si bien ya no espera mucho del gobierno en esta materia en particular, cree que nunca hay que dejar de exigirle garantías mínimas para que las mujeres puedan vivir una vida libre de violencia, y hace un énfasis especial en que “tienen que haber políticas públicas al respecto, hoy en día, las medidas que han emanado desde el gobierno y del SernamEG han sido nefastas y paupérrimas. El SernamEG y este gobierno han estado al debe con las mujeres y no hay políticas públicas para prevenir los femicidios, la mayoría de estos tienen antecedentes de denuncias y la institucionalidad no lo toma en cuenta”.

En esa misma línea, Marcela Soto, miembro de FEM Chile considera que es un avance que se reconozca que a las mujeres las matan ya que “esto nos habla de un reconocimiento del femicidio como un asesinato por parte de un hombre hacia una mujer, por el sólo hecho de serlo”. Eso para las colectivas feministas entrevistadas en este reportaje es un avance importante, pero Marcela indica que “creo que se queda en lo simbólico, el Estado de Chile sigue sin generar una protección real a las mujeres, no hay condenas efectivas y vemos a femicidas libres cometiendo nuevamente el mismo delito. Mientras el Estado no tenga un Ministerio de la Mujer y Género que resguarde realmente a las mujeres y niñas, todo seguirá siendo simbólico”.

Marcela Soto (izquierda) en marcha contra el femicidio. Fotografía: Marcela Torres.

Manifestaciones en las calles del Gran Concepción

A pesar que las organizaciones consideran que aún falta mucho por hacer, se sumieron de lleno en la organización de este momento histórico. Hubo distintas manifestaciones en distintos puntos del Gran Concepción con las particularidades y mística características que tienen las movilizaciones feministas.

En Chiguayante la poesía rebelde fue la previa a la gran marcha, y Consuelo comentó que “hicimos una jornada de poesía rebelde en la plaza de Chiguayante, llegaron 2 niñas de 12 años que nos comentaban experiencias de violencia y cómo ellas las enfrentaron. Fue una jornada muy interesante y vimos cómo nos encontramos a través de las resistencias. Creo que todo el dolor que nos produce el asesinato de otras, trae como consecuencia un impacto en nuestras vidas, estar siempre frente a la violencia es agotador”. Sin embargo, la jornada les permitió encontrarse y generar un espacio ameno y validar sus sentires a través de la poesía, “fue muy necesario en medio de la vorágine misma de este sistema racista, patriarcal y capitalista”, destacó.

En la marcha misma, hubo distintos hitos artísticos que marcaron y llenaron de emotividad y mística la marcha, uno fue el momento de la performance “Valquiria” instancia en que mujeres encapuchadas cantaron una canción de fuerza y resistencia haciendo un llamado a la camaradería entre mujeres. Para Alén, que participó de esta intervención, dejó en claro que “fue muy emotivo y fuerte, se reflejó esa necesidad de salir a quemarlo todo. Esa es una de las cosas que dejan las marchas feministas, quedan muy marcadas en el corazón.”

Performance «Aquelarre». Fotografía Constance H.

Marcela Soto, por otra parte, participó en otro de los momentos claves dentro de la marcha, que fue la performance denominada “Aquelarre”, donde se quemaron los nombres de los femicidas. Para ella esta performance fue sumamente necesaria ya que “pensamos que era momento de nombrar uno a uno a los femicidas de este año y quemar sus nombres en la hoguera; consideramos que las víctimas siempre son nombradas y expuestas, pero esta vez quisimos exponerlos a ellos”.

Hito mediático

 De la mano de lo histórico de la jornada, hubo múltiples repercusiones mediáticas a nivel nacional. Las marchas fueron cubiertas por diversos medios, sin embargo, hubo una portada que generó un hito particular. El día 19 de diciembre, el Diario Concepción publicó una edición especial dedicada a la conmemoración de este día, con una portada que llamó la atención de todos: los nombres de todas las mujeres asesinadas con un titular que hacía un llamado a terminar con la violencia de género.

Para Ximena Valenzuela, periodista del Diario Concepción, esta edición fue emocionante y difícil de hacer y mencionó que: “para una como periodista mujer es fuerte realizar este tipo de reportajes y la importancia principal de la portada fue evidenciar que las muertes de mujeres no son un número más. Son personas que fueron asesinadas por ser mujeres”.

A pesar de lo complejo que implica el trabajo periodístico en estos casos ya que el desgaste emocional es evidente, para Ximena es un trabajo esencial ya que “nosotros como medios tenemos la función de difundir y sensibilizar a las personas con este tipo de casos, pero el Estado debe evitar que sigan ocurriendo”. Además, indicó que sintieron que el trabajo estuvo bien realizado porque mujeres feministas le escribieron agradeciendo haber sido entrevistadas y también fue destacado por sus pares.

Sin embargo, las medidas que se tomen para evitar que este tipo de crímenes sigan ocurriendo deben ser colectivas y venir de todos los sectores para que se hagan los cambios necesarios. Las mujeres necesitan urgentemente que se hagan todos los esfuerzos para que puedan ejercer su derecho a vivir una vida libre de violencia en todas las esferas.

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