Rolling Thunder Revue: cómo Bob Dylan olvidó que era famoso

El afamado Martin Scorsese fue el encargado de ordenar un episodio curioso dentro de la dispersa vida del insigne Robert Zimmerman, en una cinta de 2:20 horas en que se revela una faceta introspectiva del artista, junto a un desfile de músicos, actores, poetas, e incluso políticos y numerosos personajes infiltrados. Esto es Rolling Thunder Revue: a Bob Dylan story.

Era 1975 y EE. UU. se preparaba para celebrar el bicentenario de su fundación, y con ello intentar reinventar el patriotismo luego de la caída de Saigón y la polémica retirada de Vietnam. A Dylan se le prendió la ampolleta y decidió salir de gira luego de 8 años, en una década musical en que los trovadores se difuminaban. Invitó a sus amistades, algunos recién conocidos -al resto lo encontró en el camino-, y se embarcaron en algo más cercano a un teatro itinerante que gira musical, donde desembarcaban en los pueblos pequeños que iban encontrando en la ruta.

La principal virtud de la cinta es su frescura, posee una manera novedosa de enseñar una gira, muy sustentada en las entrevistas de quienes participaron. Este es un filme dinámico, caracterizado por la espontaneidad y el azar, pues se cruzan decenas de personajes interesantes, y con ellos los diálogos más antológicos posibles. Para todos ellos fue histórico, menos para el protagonista, que sólo salió a distraerse y abrazar la libertad. En su paseo por el país terminó cambiándole la vida a mucha gente. Su valor, como dijo Martin von Haselberg, es el permitirle a un cúmulo de gente volverse la versión más extrema de sí mismos.

Joan Baez fue una de las tantas personalidades que compartieron escenarios con Bob Dylan. Extraída de Elperiodico.com.

En un determinado momento, el Dylan de la actualidad rememora la gira frente a la cámara con la siguiente frase. “No fue un éxito; no fue un éxito en términos económicos, pero fue una aventura, así que en ese sentido sí fue exitosa. ¿Qué quedó de esa gira? Nada, sólo cenizas”. Y es que tocaban en lugares inapropiados para muchos, como bares, reuniones vecinales, colegios, juntas de indígenas, entre otros.

Es difícil encasillar a Rolling Thunder en algunos conceptos. El documental parte con un Dylan balbuceando ideas. “Quiero intentar explicar de qué se trataba, pero no tengo ni idea, porque no se trataba de nada. Sólo es algo que ocurrió hace 40 años… No recuerdo nada, pasó hace tanto tiempo que yo ni había nacido”. Supongo que es mejor dejarlo así.

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