La tercera versión del clásico de Blizzard fue lanzado el 2012 para computadoras, pero también llegó a las consolas de sobremesa en poco tiempo. Si bien han pasado ocho años desde su aparición en sociedad, hoy sigue vigente y cautivando a un número no despreciable de jugadores alrededor del mundo.

Por: Lucas Tapia Mardones

Tuvo que pasar una década para que uno de los grandes títulos de Blizzard fuera renovado. Y no es que Diablo II haya aburrido, pero hacía falta ese nuevo aire en el oscuro mundo de la franquicia.

Diablo III se posiciona como una continuación de la historia que acabamos en la versión anterior, desde la que ha transcurrido un tiempo considerable, periodo que le ha permitido a los señores tenebrosos planificar su venganza y plagar el mundo de bestias y demonios.

Nuestra misión es combatir a las fuerzas del mal con algunos de los personajes que el juego nos ofrece: santero, bárbaro, cazador de demonios, monje y mago. A estos se les deben sumar las clases de nigromante y paladín, añadidas con las últimas expansiones.

El juego está muy bien logrado, manteniendo los oscuros paisajes de estilo gótico, una historia muy bien narrada que es acompañada de excelentes efectos visuales, cinematográficas y música digna del cine. Con solo ingresar quedas atrapado y es posible perder la noción del tiempo ante tan atractivo panorama y las posibilidades que ofrece.

 En este sentido, la jugabilidad es uno de los puntos más fuertes que posee. En Diablo III puedes escoger si jugar una partida privada, para terminar la historia en soledad, o abrirla al público, para jugar en línea con amigos o desconocidos de otras latitudes. Esto último permitirá probar la dificultad máxima, Tormento XVI, en donde la recolección de objetos y su calidad es incluso mayor.

Aquí recomendamos formar un equipo con distintas clases, ya que esto le dará un nuevo matiz al juego y una experiencia mucho más atractiva. Sin dudas, eso es posible porque la mecánica de habilidades y talentos es completamente modificable en cualquier momento, por lo que se pueden combinar según el panorama que se enfrente.

Si bien ya lleva varios años en el mercado y la compañía trabaja en una nueva versión, Diablo III se mantiene vigente por medio de las temporadas temáticas de juego. Estas temporadas sirven para atraer a usuarios que abandonaron la experiencia y mantener enganchados a los fieles seguidores.

Ahora, si en pleno 2021 alguien está pensando en adquirirlo, debe tener en cuenta que si esperan una historia nueva que escape de lo tradicional, el título puede no ser buena idea; pero si se quiere disfrutar de los detalles estéticos y banda sonora, una historia sólida, gran cantidad de enemigos y efectos visuales en cada uno de los poderes, este oscuro título es la opción adecuada.