Por Daniela Escobar Vigueras.

Un viaje al cinturón de óxido de Estados Unidos y la vida de personas que viven en remolques son la primera invitación al viaje por la llamada “Norteamérica profunda”, que hace la joven directora Chloé Zhao con la película basada en el libro del mismo nombre, escrito por Jessica Bruder. 

La película, protagonizada por Frances McDormand, muestra un despliegue brillante de la consagrada actriz, pero además paisajes y colores que en cada plano de esta pieza audiovisual tienen un sitio propio que desbordan belleza y nos hacen viajar a los recuerdos de tranquilos atardeceres. 

Ahora bien, en esta belleza existen elementos que no encajan o que hacen difícil comprender el argumento que la directora, en su relato, busca poner énfasis, ya que el uso del drama y la falta de una postura crítica hacia los elementos sociales que muestra Nomadland, dejan en un segundo plano la problemática real y actual. 

Es más, el no profundizar o ignorar esta problemática solo viene a demostrar que la cineasta, de origen chino, hace guiños publicitarios explícitos, develando con ello la difusa relación que existe entre el cine independiente y las grandes corporaciones del país del norte, las mismas que financiarán el próximo trabajo de la directora para la película The Eternals de Marvel.

Aunque en un inicio se menciona la crisis del 2008, la película no busca ahondar en las consecuencias específicas de ésta -sólo una escena en una reunión familiar tocará el tema-, sino apelar a sentimientos ampliamente universales: la pérdida de un ser querido, el olvido de los hijos, una enfermedad crónica; Nomadland no es tanto de los desterrados por el sueño americano, sino sobre cualquiera que sienta dolor o extrañeza en el mundo. Lo que hace Zhao es borrar el discurso de resistencia de una minoría, en búsqueda de retratar una libertad que se traduzca en bellos planos de carretera.

En síntesis, Zhao logró seducir a una gran parte de la audiencia con su fórmula que mezcla emociones y hermosos paisajes, lo que la llevó a obtener el máximo galardón en el Festival de Venecia el pasado 2020 y el premio del público en el Festival de Cine de Toronto, que siempre ha sido la antesala a los premios Oscars y que, según se rumorea, será una de las grandes ganadoras en esta ceremonia.