Legislación LGBTIQA+ en el mundo: ¿Hemos realmente avanzado?

Si bien es cierto que tanto en Chile como en gran parte de occidente la sociedad y el poder legislativo han avanzado en materias de protección e inclusión a las diversidades sexuales, las conocidas «marchas del orgullo» aún son el escenario más grande e importante para visibilizar las demandas de la comunidad. Por ende, la pandemia significa una ineludible pausa en el curso de la lucha LGBTIQA+.

Cada 26 de abril se conmemora el día internacional de la visibilidad lésbica. No obstante, es incierto si este año las calles volverán a cubrirse en los tonos rosa, blanco y marrón de la bandera que representa a la comunidad, así como desde el inicio de la pandemia otros grupos del colectivo LGBTIQA+ han debido abandonar las avenidas y continuar su lucha desde casa.

Pese a que ciertamente a nivel cultural como sociedad hemos avanzado a una mayor tolerancia e inclusión con asuntos relacionados a la diversidad de orientaciones e identidades sexuales, los cambios en las leyes que nos rigen han evolucionado de forma más lenta. Hasta hace tres años 14 Estados imponían pena de muerte para cualquier tipo de conducta o manifestación homosexual, según el Estudio Jurídico Mundial Sobre Orientación Sexual En El Derecho de 2017. Algunos de los países que completan la lista de naciones que castigan con la muerte a las diversidades sexuales son Indonesia, Malasia, Emiratos Árabes Unidos y El Líbano. No obstante, aún en países occidentales como Chile, donde la homosexualidad recién fue despenalizada en 1999, las cifras de crímenes de odio y discriminación continúan creciendo año a año.

Según el XIX Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género elaborado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), durante 2020 las denuncias por homo y transfobia aumentaron en un 14,7% en Chile. Entre las cifras se encuentran 6 asesinatos, 132 agresiones físicas o verbales perpetradas por civiles, 110 casos de discriminación laboral y 16 de abuso policial. Por otra parte, Chile continúa siendo uno de los únicos 13 países en el mundo cuya edad de consentimiento sexual es desigual para relaciones del mismo sexo.

El caso de Chile, un país que si bien no castiga la homosexualidad y otras diversidades sexuales con pena de muerte o prisión como es común en países del medio oriente, es parte de un fenómeno que se ha fortalecido en el último tiempo en naciones del oeste. Países desarrollados y/o en vías de desarrollo cuyas leyes por un lado no escarmientan, pero que por otro aún son débiles en la protección e inclusión de personas LGBTIA+. El informe de 2019 sobre la homofobia de estado elaborado por la International Gay & Lesbian Aquatics titulado «Pequeños avances, pero persistencia de importantes amenazas», ahonda en este problema.

96 Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas firmaron en 2011 una declaración de la Asamblea General sobre derechos LGBTIQA+ del Consejo de Derechos Humanos. Sin embargo, no todos reconocen derechos como el matrimonio igualitario, adopción homoparental o protección e inserción laboral. Algunos de ellos son México, Venezuela, Uruguay, y por supuesto Chile.

Si bien tanto a nivel cultural como legislativo los avances en protección e inclusión a las diversidades sexuales se han hecho en gran parte del mundo, las cifras de denuncias por agresiones, asesinatos y discriminación hacia personas de la disidencia sexual no disminuyen. Como siempre, y más que nunca, la necesidad de visibilizar la lucha LGBTIQA+ es de suma relevancia, aun en países desarrollados o en vías de desarrollo y de occidente, los cuales promueven una errónea sensación de seguridad, cuando en la práctica la violencia aumenta. Es de esperar que la pandemia y crisis política no signifiquen un alto a la lucha, y que la causa LGBTIQA+ pueda adaptarse para continuar visibilizando, denunciando y manifestándose.

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