Hay muchas familias que resisten fuera de la heteronormatividad en nuestro país. Eso quiere decir, que constituyen hogares biparentales, homoparentales o lesbomaternales. Todos estos conceptos engloban lo que se conocen como familias diversas, aquellas que desafían las normas de lo cotidianamente establecido, en busca de otras formas de maternar o paternar.

Los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en Chile han avanzado  a pasos agigantados durante la última década, en comparación a los tiempos anteriores, donde la conversación estaba alejada de la importancia pública y política. Ahora, existen leyes que los protegen y velan por la inclusión desde diferentes veredas, una de ellas ha sido el matrimonio igualitario y el derecho a la adopción.

En esta última es donde se encuentran las llamadas familias diversas. Se pueden entender como aquellas constituidas fuera de la norma social sobre las familias nucleares conformadas de una pareja hetero. En este ámbito, son hogares de familias homoparentales, lesbomaternales o biparentales, donde parejas del mismo sexo deciden adoptar o tener hijos/as con procesos de inseminación artificial.

Y es que aunque existan avances, aún hay muchos puntos que afrontar y solucionar desde el plano de la educación y los derechos. Así lo demuestran los resultados de la Primera Encuesta sobre Familias Homoparentales (2020) aplicada por el Movilh, que asegura que el 54% de familias homoparentales ha sufrido discriminación en Chile.

El papel aguanta mucho: más allá de la ley

La discriminación que se viven dentro de las familias diversas, vienen en su mayoría directamente desde entidades públicas cómo lo son el Registro Civil, teniendo problemas a la hora de registrar a los/as hijos/as. Así lo relata Inés y Rossana, madres de Maximiliano e integrantes de una familia que se autodenomina “Una Familia X” en las redes sociales, contando su experiencia desde la lesbomaternidad. 

Entre los principales desafíos también indican que está la filiación. Al no poder ingresar a su hijo al Registro Civil con dos madres: “el miedo a que ocurran ciertos eventos como por ejemplo que yo me muera y Maximiliano, al no reconocerse su relación filiativa con su otra mamá, quedé huérfano frente a la ley. Esta situación tiene muchas implicancias y si ocurriera lo contrario, es decir, que Inés se muriera, Maximiliano no contaría con derecho a herencia, entre muchas otras situaciones”, comenta Rossana.

En cuanto a filiación aún no hay leyes concretas y solo un par de casos exitosos donde tribunales de familia han reconocido la doble maternidad, siendo que en Chile hay más madres (86,1%) que padres LGBTIQ, según las mismas cifras del Movilh. Esto también afecta el derecho a la salud de los/as hijos/as, teniendo dificultades para acceder a previsiones médicas cómo FONASA.

 Las trabas de esta filiación, vulnera los derechos de los/as niños/as y al reconocimiento de su identidad familiar, comenta Alexandra Benado Vergara abogada de la Agrupación de ayuda jurídica para diversidades, Rompiendo el Silencio.

También, la abogada es crítica respecto al término de familia y comenta que: “del mismo modo, nosotras desde la agrupación hablamos más desde una idea de vínculos y cuidados, que es mucho más amplia. Entendemos que los paradigmas en Chile están cambiando constantemente”.

La diversidad es extensa y así lo demuestra la realidad

Hoy el concepto de familia y de hogar, se extiende incluso, más allá de las comunidades de diversidades sexuales. Un sondeo de CASEN (2017) sobre los tipos de hogares que existen en Chile, demostró que existen diferentes formas de composición de estas, y que responde a cambios culturales de la sociedad. Familias de madres solteras, nietos/as con abuelos/as, tíos con sobrinos, entre otros, son los que más se repiten. Ya no hay solo un tipo de familia.

Y es que tampoco  hay una sola forma de decidir maternar o paternar, según expresa la escritora española del libro “Madres Desobedientes” Esther Rivas. Para ella, quien ha investigado desde cerca el concepto de la maternidad y su reformulación durante los años, lo que te convierte en alguien que pueda criar es: “el deseo de serlo, siempre debe ser una maternidad o parternidad libre y elegida”.

Si bien los desafíos en el ámbito político se incrementan, la sociedad tiene un extenso camino para recorrer sobre las formas e ideas que nos mueven. Las cifras y las transformaciones sociales, demuestran que la diversidad se ha extendido hasta lo íntimo. Dicha situación es a donde apuntan las organizaciones, a entender que los estereotipos son preceptos del pasado y el desarrollo del país requiere inclusión y empatía con todas las realidades.