Problemas de pandemia: estudiantes cursan su segundo año sin conocer la universidad EntrelíneasPor Christopher Cortez Alarcón - 14 mayo, 2021 Un aspecto que ha tocado profundamente la pandemia es la educación, que se transformó en virtual desde marzo de 2020. A la fecha, hay estudiantes que no conocen el campus, a sus compañeros o a sus profesores, pero deben seguir avanzando en su segundo año académico. No fueron solo dos semanas El 15 de marzo de 2020, el presidente Piñera anunció al país la suspensión de clases en todo Chile por el período de dos semanas, a causa del avance del Covid-19 en el territorio nacional, con el afán de evitar contagios entre las comunidades estudiantiles. En aquel momento, era insospechado lo que ocurriría al avanzar los meses. Esos catorce días se alargarían hasta hoy, donde una importante cantidad de universidades y colegios no han retornado a clases presenciales pese a la insistencia del Ministro de Educación Raúl Figueroa. De ahí nace una de las mayores complejidades que ha debido atravesar la población nacional: las clases en línea. Ni alumnos ni docentes, así como tampoco directivos, estaban preparados para asumir un desafío como este, tomando en cuenta las consecuencias para quienes ingresaron a la educación superior: conexión, poca alfabetización digital, estrés, encierro, desconocimiento de la institución y de sus compañeros, etcétera. La Universidad de Concepción no ha retornado en ningún momento a realizar clases presenciales desde marzo de 2020. Créditos: Portal Innova. ¿Problemas y soluciones? En ese sentido, Jorge Roa, Jefe del Centro de Apoyo al Desarrollo del Estudiante de la Universidad de Concepción (CADE), sostiene que la repentina pandemia generó que profesores y directivos tuvieran la necesidad de actuar de forma rápida. “El 2020 fue un año de docencia de emergencia donde todos tuvimos que aprender con esta nueva modalidad de educación a distancia”, cuenta. Esto, ante las necesidades que han surgido desde la comunidad estudiantil, con jóvenes privados de vivir la primera etapa universitaria que, en gran parte, es de adaptación al cambio de vida que esto trae consigo. “Lo más complejo ha sido acostumbrarse no sólo a lo que es pasar del colegio a la universidad, si no que enfrentar esta transición bajo un contexto del cual no se tenía idea”, cuenta Javiera Jara, estudiante de segundo año de Pedagogía en Inglés de la Universidad de Santiago (USACH). “No sabíamos cómo proceder, ni tampoco si se podrían adaptar las reglas generales de la USACH a esta modalidad distinta. En síntesis, había mucha incertidumbre de todas partes y, personalmente, fue difícil vivir todo lo nuevo”, añade. La psicóloga de la Unidad de Adaptación a la Educación Superior de la UdeC, Fernanda Parra, comenta que han visto diversos inconvenientes. Entre ellos, se encuentran los asociados a “tener que estudiar sin las mejores condiciones de espacio físico o privacidad, y los dramas socioeconómicos derivados de la crisis sanitaria”. A su vez, sostiene que “en el ámbito socioemocional hay desmotivación por el contexto actual e imposibilidad de vivir la vida universitaria, lo que ha tenido un gran impacto en la salud mental de los estudiantes”. Al respecto, Roa explica que “se creó, en conjunto con unidades como la DISE, la Biblioteca y otras, el curso de inducción que se le brindó a todos los estudiantes de primer año”, que contó con una bienvenida institucional, la presentación del campus y, además, instrucciones para la utilización de los diversos programas y plataformas indispensables para el quehacer telemático, como lo son Canvas, Teams, Office o Infoda, que son utilizadas en la casa de estudios del Campanil. Fernanda Parra, por su parte, añade que han realizado talleres y charlas tanto individuales como colectivas a lo largo de este tiempo. “En los dos últimos años hemos podido lograr que los estudiantes reciban los apoyos que requieren en el periodo inicial de su trayectoria”, finaliza. Eso sí, la futura docente de 19 años es crítica con el actuar de su casa de estudios: “Los directivos y docentes han implementado estrategias, pero creo que han sido meramente a raíz del extenso paro que tuvimos el primer semestre del año pasado. Fue ahí donde se llegaron a los acuerdos con los cuales trabajamos hasta el día de hoy”, aclara. La comunidad educativa ha manifestado transversal rechazo al plan de retorno a clases del ministro Raúl Figueroa. Fotografía: Radio Duna. No ha sido nada fácil Pese a que este año en el CADE mantienen una planificación más acuciosa para este período académico que recién parte, “el problema esta vez es que vemos un desgaste generalizado en los equipos y los estudiantes”, según relata Jorge Roa, en referencia al agotamiento físico, mental y emocional que se arrastra en la sociedad tras casi exactos catorce meses de pandemia. Mientras tanto, sin tener claridad de cuándo se volverá a la normalidad del estudio presencial y los estudiantes de segundo año podrán, al fin, integrarse a la comunidad que debían conocer en 2020, sacan conclusiones positivas dentro de lo posible. “Un año después, visualizo que fue un escenario muy complejo. Sin embargo, logramos sacar adelante la tarea”, apunta Fernanda Parra. Por su parte, Javiera Jara acentúa que, para el bien de todos los actores, es fundamental la comunicación. “No ha sido, creo yo, algo que nació únicamente de los cargos más altos, sino simplemente conversaciones que se deben dar para que esto no sea tan horrible para todos”.