Las ciencias en la nueva Constitución: ¿a dónde vamos? EntrelíneasPor Valentina Luza Carrión - 25 mayo, 2021 Cuando hablamos de ciencia, solemos pensar en algo distante a nosotros y que concurre entre aquellos académicos con mayores grados de conocimiento. Sin embargo, la ciencia podemos encontrarla en todos lados a nuestro alrededor, como pilar de la evolución humana. Tal es su impacto, que desembocó una revolución durante los últimos dos años. Hoy es la protagonista que nos puede salvar de la debacle de la crisis sanitaria En nuestro país, contamos con grandes centros de investigación planetaria, por ejemplo, el Observatorio Alma que ha hecho importantes descubrimientos de impacto internacional. También, contamos con universidades que potencian los talentos de jóvenes desde este ámbito, apostando por un futuro más prometedor en las ciencias de Chile. A pesar de contar con una tierra fértil de conocimientos, la inversión en estas materias, es por lo bajo precarizada. Y para quienes quieren dedicarse a investigar de lleno en las ciencias y el desarrollo tecnológico, no hay muchas oportunidades. Esto ha hecho que los estudiantes deban emigrar en busca de conocimientos, y al mismo tiempo, instancias de desarrollo personal. Los líderes de la comunidad han sacado la voz desde diferentes frentes. Algunos de ellos lograron llegar a dar la pelea con un puesto en la Nueva Constitución. Siendo apoyados por todos los que encontraron sentido en sus palabras. Esto demuestra que en Chile, si hay interés por el rubro científico, solo falta un primer impulso. Una perspectiva integrativa de la disciplina Una clave para iniciar la inclusión de las ciencias a la Carta Magna es entenderla desde la integración. Así bien lo menciona Cristina Dorador (41) reciente electa constituyente por el distrito 3 y Licenciada en Biología, Académica e Investigadora por el norte. Desde los extremos del país se vive la necesidad extenuante por ampliar el campo de investigación y acercar a la comunidad las ciencias. Específicamente, Dorador plantea que se necesitan, no solo artículos “científicos” sino más bien una Carta Magna completa con enfoque de ciencias. En un territorio marcado por la lucha del litio, cómo es Antofagasta, donde las luchas sociales se esfuerzan por plantear una protección a la tierra, el agua y los recursos naturales, se hace importante una voz combine conocimiento académico con demandas ciudadanas. El Gobierno de Chile redujo el presupuesto destinado a ciencias en el 2021, específicamente el Fondo de Innovación, Ciencia y Tecnología (FONDECYT) decreció alrededor de 16.000 millones de pesos. Fuente: Instituto de Ecología y Biodiversidad.Créditos Imagen: Pexels.com Al respecto y específicamente a la problemática del agua, la académica plantea que “El agua es un derecho humano clave para todas las personas” y que esta perspectiva nos llevará a un próspero futuro, entendiendo que actualmente se vive una crisis climática sin precedentes en el mundo y el país». De esta forma, entendemos que todo está conectado. Por un lado, la educación e impulso a las ciencias, desembocará en que existan mayores derechos en áreas abandonadas. Como lo son las demandas medioambientales que cruzan los territorios, e impulsará a más líderes regionales. Las jóvenes científicas y sus propuestas Ámbar García (20) es una joven activista y estudiante, que lucha en Fundación Tremendas por el cambio climático. Desde muy niña la ha movido el lenguaje de la naturaleza. Para la joven, este proceso de creación y reforma de un nuevo pacto, tiene un gran papel para que cambiemos las reglas del juego. Ya que, en sus palabras, ahora tenemos la capacidad de desarmar la institucionalidad que nos limita y estamos obligados a pensar “hacia atrás”. Esto nos llevará a irremediablemente cuestionarnos los paradigmas de desarrollo que nos llevaron al arrebato desmedido por lo ambiental. “Veo de manera muy positiva todo este proceso, debido a la diversidad con la que contará. Tantas mujeres participando me emociona, la mayoría de ellas denotan un compromiso con el medioambiente y el desprivatizar el agua”, comenta García. Thiare Tapia Cornejo (21) es estudiante de Ingeniería Medioambiental de la Universidad de Concepción y aficionada por el reciclaje. Desde su mirada, comenta que si toda la gente -especialmente los niños- lograra acercarse al conocimiento científico, de una forma sencilla y natural podríamos entender que está presente en todos lados. Agrega que, para que eso suceda, solo necesitamos expandirnos y generar herramientas colaborativas, siendo la Nueva Constitución el espacio adecuado para ello. ¿Cuáles son los desafíos? En las voces de aquellas ligadas a las ciencias, el mayor desafío se encuentra en la educación. También, que naveguemos en los ambientes del derecho a la privacidad, el conocimiento científico, mayor inversión y divulgación científica, como pilares de este nuevo desafío. Estamos quedándonos sin científicos por un país que no invierte en ciencia y pospone como prioridad las discusiones políticas desde este plano. Muchas veces creyendo erróneamente que se trata de cosas contrarias, cuando van de la mano. Chile es el país que menos invierte en I+D entre los grupos de la OCDE, con un 0,2% del PIB. Fuente: El Mostrador.cl. Créditos imagen: Pexels.com Lo fundamental de este nuevo proceso constituyente es recordar y fomentar los principios de justicia distributiva, ya sea ambiental, climática o social. Del mismo modo, replantear la explotación o desarrollo de los territorios para pensarlos desde ellos mismos, y sus actores. Ahora es el momento de entender que la diversificación de miradas, propone una integración de las mismas. A través de una justa diversidad de actores en la asamblea constituyente que apunta a una descentralización de decisiones e intereses. Solo queda concretar las expectativas y pensarnos en el futuro; más científico, más político, más social y más justo.