Volvió el fantasma de «Chilezuela»

Ha pasado poco más de una semana de los comicios históricos del país y la campaña del terror de grupos extremistas y figuras políticas conservadoras ya comenzó. Tal como pasó para las pasadas elecciones presidenciales que le otorgaron a Sebastián Piñera el sillón de La Moneda, su objetivo es revivir el fantasma de «Chilezuela».

Las fake news han sido puerto de embarque predilecto por ciertas personas ultraderechistas y, justo en estos días, se han ido multiplicando en redes sociales. Esto, con el objetivo de revivir el fantasma de «Chilezuela». Sin embargo, estas no sólo se traducen en información falsa que ronda por redes sociales, sino también en dar cabida en medios tradicionales a expertos y analistas que infunden miedo en vez de seguridad.

Un ejemplo claro de esto fueron las declaraciones del ex DC, Jaime Ravinet, por la histórica victoria de Irací Hassler en el municipio de Santiago. “No vaya a ser que el Parque de los Reyes pase a ser el Parque de Lenin”, dijo el ex ministro del gobierno de Bachelet a El Mercurio hace algunos días, en alusión a la futura gestión de la candidata comunista. 

Ante esto, es bueno preguntarse qué consecuencias negativas puede tener para la ciudadanía en este punto crítico para la política chilena. La desinformación y la credibilidad es una de ellas. El blanco predilecto de las fake news son personas fuera de la academia que no entienden los procesos políticos que vive Chile y que, por lo mismo, al ver una noticia que infunde terror e inseguridad, la comparten. 

En este sentido, la culpa recae en manos de quienes, a conciencia limpia de que estos dichos son falsos, los crean sin ningún pudor. Y sabiendo que habrá un porcentaje no menor de internautas que sí morderán el cebo, por no estar políticamente informados o no tener el mismo nivel socioeducativo que los demás nativos digitales.

La respuesta a esta problemática no es limitar el uso de internet ni eliminar retweets, lo que sería sinónimo de esconder la basura debajo de la alfombra. La respuesta la tenemos quienes estamos en los medios de comunicación: hacer buen periodismo. Confirmar y luego publicar. Investigar sobre cualquier publicación que parezca extraña y desmentirla. Y entrevistar a personajes con una postura coherente con el panorama político. En conclusión, sembrar conocimiento en vez de miedo.

Esa es la clave para evitar revivir el fantasma de “Chilezuela”.

En Entrelíneas, nuestro objetivo es justamente ese, continuar haciendo de este oficio un servicio para las personas. Por eso, en esta edición, las consecuencias de las elecciones y el estado actual de la pandemia se toman la agenda, así como también temas referentes al medioambiente y la cultura, siempre escritos bajo una pluma crítica.

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