El instante eterno, una obra necesaria

El día viernes 4 de junio se estrenó el documental de Sebastián Moreno en base a la figura del legendario Sergio Larraín. Debido al éxito de ventas se aumentaron los días de proyección del film que narra la vida, obra y deceso del primer fotógrafo latinoamericano en formar parte de la agencia Magnum.

Por Eduardo Godoy

Sergio Larraín es un nombre reconocido a nivel internacional en torno a la fotografía y a su misticismo. La calidad de su obra es el claro manifiesto de que su visión del mundo era algo único. Para Sebastián Moreno esto fue lo que le motivó para encontrarse con Sergio mediante la investigación y plasmarlo de una manera en la que, sus críticos aseguran hacen honor a la figura de Larraín.

Para Sebastián Moreno el documental “El instante eterno” habla sobre cómo una persona puede transformar la visión de tantas otras. Encontrar aquel instante y transformarlo en uno singular y eterno es el reto.

La vida de Sergio estuvo llena de preguntas. Preguntas que mediante la fotografía pudo tocar cierta luminosidad. Los enfoques de este artista se vieron fuertemente ligados a las desigualdades, a la pobreza, a la fiesta como un lugar seguro para ser feliz y tranquilo. Y así lo demuestran sus libros.

Un repaso por la obra de Sergio

Luego de un quiebre familiar, Sergio Larraín es apartado de su familia y se dispone a aprender algún oficio que le llene y que le permita “vagabundear”. Mientras se encontraba en aquella búsqueda se topa con un cuarto de revelación de fotografía y así comienza a aprender lo básico de la fotografía.

Su primer gran trabajo se realizó en las calles de Santiago y su objetivo principal fue, dar luz a las infancias que vivían en las calles de la capital. La manera de ser del fotógrafo hizo que los niños de la calle le permitieran retratar su cotidianeidad. Las fotografías fueron vistas por grandes figuras artísticas de latinoamérica y el nombre de Sergio Larraín comenzó a hacerse conocido en el bajo mundo de la fotografía chilena. 

Fotografía de los niños del Mapocho, Santiago 1955.
Fotografía de Sergio Larraín.

Luego de varios proyectos se dió la oportunidad de trabajar en la Agencia Magnum y su primer trabajo para esta empresa fue algo bastante peligroso. Haciéndose pasar como turista chileno, Sergio se hizo amigo del jefe de la mafia siciliana, el mismísimo Geusseppe Russo.


Retrato a Geusseppe Russo.
Fotografía de Sergio Larraín.

Las más de 6.000 fotografías con las que volvió Sergio a Magnum fue un hecho que nadie jamás hubiera pensado que sería posible, lo cual le entregó estatus y mucho dinero para la agencia, convirtiéndose en el fotógrafo favorito de la agencia.

La obra de Sergio forma parte de la cultura de la fotografía latinoamericana y para Juan Henríquez, fotógrafo y artista pintor, la obra de Sergio debiese ser más entendida desde “la búsqueda personal y el reflejo del alma” del artista. Juan aquí toca un punto importante, ya que Sergio Larraín también buscaba recuperar los “instantes decisivos” de la vida cotidiana.

Durante la visita a Londres en 1959, Sergio hace una fotografía en la catedral de Notre Dame y al momento de revelar la imagen, se percata de que en un extremo de la fotografía se ve a una pareja intimando. La historia de esta fotografía es convertida en cuento de la mano de Cortázar (Las babas del diablo) y luego el cineasta Michelangelo Antonioni tomó la idea del cuento de Julio Cortázar para hacer la película Blow up.

Aunque los honores poco y nada eran del gusto de Sergio, esta seguidilla de sucesos lo coronaron como un artista total. Un personaje capaz de hacer milagros con un solo toque a la cámara. Este fotógrafo se sentaba, esperaba, se mimetiza con el ambiente y se volvía uno con las personas que lo rondaban, para luego de una manera casi ilegal y oculta, sacaba su cámara y tomaba la fotografía.

El documental de Sebastián Moreno habla de la manera de dibujar con luz y de los rituales que circundaron alrededor de Sergio. Además, se puede ver de manera explícita el trasfondo familiar y lo que conlleva a Larraín a auto exiliarse, sumarse al retiro espiritual y alejarse casi completamente de la fotografía.



Retrato a Sergio.
Gentileza de Radio de Chile.

El misticismo siempre estuvo ligado a Sergio. Aún antes de saber que estaba haciendo fotos grandiosas y llenas de conjeturas geométricas, él ya estaba intentando salir de aquel mundo de fama y de dinero que tanto le molestaba. De esta forma es que se va hacia Ovalle y comienza su retiro. En ese lugar cría a su hijo y se dedica constantemente a meditar y a practicar yoga. El documental nos muestra las pocas visitas que permitía en aquel lugar y el silencio total hacia cualquier tipo de entrevista o visita de cualquier periodista. Sergio Larraín muere a los 81 años en Tulahuén, 2012. 

Su imagen y su obra es motivo de culto para varias generaciones de fotógrafos y artistas, ya que retratan la búsqueda del oficio o labor artístico desde un tratar de hacer lo que uno ama. 

Las entradas que quedan disponibles para ver “El instante eterno” de Sebastián Moreno pueden encontrarse sólo en línea, a través de la plataforma Punto Ticket.

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