La educación en tiempos de pandemia ha sido un desafío difícil de enfrentar tanto para los docentes, como para los estudiantes, sobre todo a quienes se desarrollan en el área de la medicina y la salud, puesto que se han visto en la problemática de asistir a internados dentro de los centros de atención médica, arriesgando su propia salud por salvar las vidas de cientos de personas.

“Fue una experiencia muy angustiante y desafiante, pues estaba lejos de mi casa y me quedé en una residencia con otras tres compañeras. Más de una vez pasamos el susto de tener covid-19 y contagiar al resto”, este es el relato de Camila Mardones, estudiante de quinto año de la carrera Obstetricia y Puericultura en la Universidad Andrés Bello, quien ha realizado su internado en el CESFAM de San Felipe durante el primer semestre de 2021.

El realizar el internado trajo algunas consecuencias para el entorno de Camila, puesto que, con la distancia social y el aforo reducido de personas, fue complejo para ella y sus compañeras de trabajo atender a sus pacientes: “Con las mujeres embarazadas, por ejemplo, tuvimos que reducir el aforo de personas en la consulta, sin darle paso a los acompañantes como las parejas o familiares, quienes son un factor importante en estos casos”.

Otro ejemplo es el escenario de la estudiante de cuarto año de Odontología en la Universidad Andrés Bello, Morelia Hidalgo, quien producto de la contingencia sanitaria no ha podido asistir a clases presenciales. Esto ha dificultado notablemente su aprendizaje estando ad portas de finalizar sus estudios universitarios: “Tengo ramos preclínicos, solo alcancé a tener dos semanas de clases presenciales y luego Santiago volvió a cuarentena, entonces, no puedo decir que tuve un aprendizaje muy amplio, fue solo una pincelada”.

En cuanto a las clases online, Morelia agrega que si bien la parte teórica no está mal, siempre está presente la posibilidad de distracción o problemas técnicos. Por otra parte, menciona que la parte práctica en los laboratorios es más compleja: “Solo podemos ver los procedimientos y con imágenes proyectadas no es lo mismo que verlo cuando el profe lo explica en el fantoma (un modelo para hacer trabajos prácticos). Obviamente se puede explicar mejor y ver desde distintas formas.”

La jefa de carrera de Enfermería (Campus Chillán) de la Universidad de Concepción, Karina Bustamante, entrega su perspectiva como docente sobre el proceso de adaptación por el que han pasado sus alumnos y sus colegas: “Ha sido complejo, nadie estaba preparado para enfrentarse a algo así, ni siquiera el área de la salud. Hemos tenido que adaptar los contenidos para la situación en la que estamos”.

Además, agrega que ella y su equipo de docentes se alinearon a las indicaciones entregadas por la institución y que notaron mucho estrés en los estudiantes y los funcionarios, asociado directamente a la situación sanitaria y a la incertidumbre de la contingencia. Sin embargo, la docente destaca la gestión que ha tenido la Universidad de Concepción en materias de apoyo a los estudiantes, puesto que la entidad creó un comité de crisis con el fin de ayudar a los alumnos de quinto año a realizar sus prácticas en forma presencial: “En el mes de junio de 2020, el Ministerio de Salud suspendió todas las prácticas de los estudiantes del área de la salud. Con la ayuda del comité de crisis logramos que en noviembre del 2020 se hiciera el primer ingreso de nuestros estudiantes a sus internados clínicos en los distintos centros de salud a lo largo de todo el país, ajustando las fechas de siete a ocho semanas para que alcanzaran los cupos para todos”.

La gestión realizada por la Universidad de Concepción para los alumnos de carreras del área de la salud benefició a los estudiantes pertenecientes a los tres campus de la entidad, implementando nuevas medidas con el fin de proteger a sus matriculados y haciéndoles entrega de un kit con materiales para que los alumnos puedan realizar los ejercicios desde su casa, sin tener que salir a exponerse a un posible contagio del virus.

Si bien las clases en línea han sido un completo desafío para miles de estudiantes, docentes y funcionarios de las carreras de la salud a lo largo de todo el país y el mundo, también ha significado un cambio de prioridades, una tolerancia a los procesos y una necesaria adaptación de espacios, tiempos y tareas en los hogares provocadas por el confinamiento.

Lo que más anhelan los profesores y estudiantes es que se regule la situación frente al coronavirus en nuestro país con el fin de darle la oportunidad de completar y terminar la carrera universitaria a los futuros médicos, dentistas, enfermeros, matrones, fonoaudiólogos, tecnólogos médicos, kinesiólogos y a todos los profesionales de la salud de Chile.