La privatización de lo público: falta de accesos libres a cerros y playas

Este 29 de junio el exfutbolista, Mark González, sufrió un ataque en el Cerro Loma Larga de Lo Barnechea mientras realizaba actividad física con su familia y amigos. Los responsables del ataque eran cuidadores del cerro.

En Chile todas las personas tienen el derecho de acceder a ríos, mar o lago, desembocaduras de ríos, cascadas o glaciares según lo estipula la ley. Sin embargo, con el acceso a los cerros y montañas no se corre la misma suerte, estos no están contemplados en la ley y perjudica el libre ejercicio de deportes como el trekking o descenso en cualquier lugar. Lo acontecido con Mark González es uno de los tantos casos en que los locatarios impiden la libre circulación en sus terrenos.

Cerro Loma Larga, Lo Barnechea. Autor, José Pedro Montt.

El exfutbolista compartió en su perfil de instagram los detalles del ataque que recibió durante una tarde familia, en uno de los videos mencionó que “es habitual que con mi familia recorramos este lugar, es primera vez que pasa esto”. Tras el ataque fueron detenidos todos los participantes e incluso Mark, quien posteriormente fue dejado en libertad y calificado como víctima del enfrentamiento.

El hecho se convirtió en noticia luego de la viralización de un video a través de redes sociales donde se ve como un grupo de desconocidos, identificados como cuidadores del lugar, discuten con el deportista para posteriormente comenzar a agredir hasta provocarle lesiones.

 Lo legal del asunto

El abogado Rodrigo Castillo explica que “se calcula que alrededor del 30% de las montañas en el territorio chileno son de uso privado, en el caso de estos terrenos privados no hay una normativa legal que ampare el tránsito de personas que quieran acceder a ellas o el paso por terrenos privados para llegar a terrenos públicos”, esto quiere decir que todo queda a criterio de particulares y son ellos los que deciden si realizan convenios con municipalidades o empresas para acceder a su propiedad.

Situación muy diferente es lo acontecido en 2019 con un locatario del Lago Ranco, Matías Pérez, que se hizo viral en un video que solicitaba a tres turistas que se encontraban en la orilla que “salieran de su jardín” o tendría que tomar medidas violentas para sacarlas del lugar. En esta ocasión el lugar si constituía un bien nacional de libre acceso y esto podría haber significado una sanción para Pérez.

Un acceso necesario

Jorge Cofré, aficionado al trekking, ha recorrido la región del maule y cuenta que debe buscar minuciosamente rutas que sean de libre acceso al público, debido a que en 2017 recibió amenazas en el sector de La Balsa de Longaví, al ingresar a un recinto privado que antes no tenía prohibiciones para circular. Uno de sus consejos para no pasar a llevar la ley, es el averiguar bien en qué lugares está permitido entrar y en cuales hay que pagar algún tipo de entrada, para así consultar tarifas y no encontrarse con sorpresas.

Ramuntcho. Autor, Mauro Álvarez.

Situación similar vivió Carlos Uribe, quien participa de un grupo que limpia playas en el Biobío. Este año fueron a limpiar la playa de Ramuntcho, pero se encontraron con el sendero cerrado con alambre de púa. Para él “es muy triste encontrarte con cercos que impiden llegar a lugares tan bonitos, no todos tienen el dinero para ir a playas exóticas en otros países o ciudades”. Como él, otros grupos de jóvenes se dedican a ayudar a la mantención y cuidado de estos ecosistemas, pero no logran su objetivo debido a este tipo de situaciones.

El acceso a cerros y la educación ambiental

Casi el 60% del territorio geográfico del país está compuesto por cerros y montañas, que según la geógrafa Paula Otth “es muy necesario que las personas tengan acceso a estos territorios para conocer y preservar especies nativas del país, además de ser de los pocos ecosistemas que no se han visto alterados por los cambios antropogénicos de los últimos tiempos”. Por otro lado, la educación es el primer paso a una ley que permita el paso público a estos lugares, Paula explica que la falta de una cultura de la limpieza también podría ser perjudicial para la flora y fauna.

Los animales que viven ahí tienen poco o nulo contacto con los seres humanos, siendo un favor de riesgo para aquellos que deseen visitar un cerro o montaña poco explorada. Si bien hoy en día se ha avanzado en materias de bienes nacionales y la apertura de lugares al público, aún queda camino por recorrer.

En la página oficial del Ministerio de Bienes Nacionales existe una sección llamada “Rutas Patrimoniales, conoce ahora visita después”. Ahí se encuentran rutas diseñadas en espacios fiscales para realizar actividad física además de practicar turismo sostenible.

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