La arriesgada decisión abrir las fronteras chilenas EntrelíneasPor Alinne Toro - 26 julio, 2021 Hace unas semanas, las autoridades sanitarias de Chile anunciaron la apertura de las fronteras del país, permitiendo de esta forma el paso a que miles de personas entren y salgan desde distintos puntos fronterizos con la posibilidad de convertirse en posibles focos de contagios para el resto de la población, ya que muchas de ellas no cumplen con las cuarentenas y los permisos solicitados. Con la llegada de la nueva y amenazante variante Delta -de la cual los científicos afirman que es mucho más contagiosa que la primera variante del covid-19-, resulta difícil pensar en las posibles libertades y accesibilidades que pueden tener las personas, pese a estar vacunados y a tener un pase de movilidad, lo que les permite realizar actividades con menos restricciones que aquellos que no están vacunados. Si bien, Chile ha destacado a nivel internacional por el manejo de las autoridades frente a la pandemia y la rápida campaña de vacunación, el acto de abrir las fronteras del país es una decisión apresurada, ya que esto le daría el pase a una arriesgada y alta posibilidad de contagios de coronavirus. Funcionarios sanitizando las entradas del aeropuerto de Ezeiza. Foto de: Diario LexLatin El país se encuentra en la mitad de una intensa lucha por bajar la cantidad de infectados de covid-19 y recuperar las rutinas que tenían los ciudadanos hasta antes de la llegada del virus, por lo que no es tan indispensable que las fronteras se abran en este momento, ya que, a partir de esta decisión, muchas personas decidirán viajar al extranjero y, por consecuencia, muchas personas entrarán al país desde distintas ciudades del mundo y se debe hacer un control efectivo con el fin de evitar un aumento de contagios. Por ahora, no es momento de permitir la apertura de las fronteras, pues en países en los que llega una gran cantidad de turistas desde todas partes del mundo, los contagios aumentan día tras día, pese a contar con las vacunas contra el virus (como ocurre en Europa y Estados Unidos). Con esta situación se entrega una falsa sensación de control y de expectativas, además de que las efectividades de las vacunas utilizadas en Chile no tienen inmunización comprobada contra la variante Delta, la cual domina en los países del occidente. Filas de pasajeros en aeropuerto de Madrid, España. Foto de: Diario El Independiente. Otro punto a considerar es que, en caso de que los viajeros lleguen contagiados, se debe contar con el personal y equipos suficientes para realizar una trazabilidad efectiva pues, si hasta ahora, en donde hay limitaciones para el viaje al exterior ya hay problemas con el proceso, lo lógico sería que se dificulte más el trabajo con más viajeros. Los casos activos de covid-19 en Chile están yendo a la baja gracias al proceso de vacunación, por lo que abrir las fronteras en este momento es dar el permiso a las personas que quieren viajar y, por ende, a las nuevas variantes del virus. Es una medida equivocada que puede arriesgar irreversiblemente la salud de miles de personas.