Recién electo representante de la derecha chilena de cara a las próximas elecciones presidenciales, Sebastián pregona su independencia como la principal virtud de su campaña. Sin embargo, los abultados aportes económicos que recogió para las primarias lo alejan mucho de ese estandarte.

El 14 de julio, El Mostrador tituló como brutal la diferencia entre los aportes a las campañas de los candidatos que participaron de las primarias legales. Chile Vamos sumaba un total de $861 millones, mientras que Apruebo Dignidad tan solo 85. Los datos, que fueron recopilados por la Fundación Sol desde el Servel, mostraban a Sebastián Sichel en segundo lugar dentro de la coalición de derecha. Mario Desbordes había alcanzado la primera posición luego del patrocinio de su partido (RN) por $200 millones, alcanzando un total de $244.011.425. El “independiente” sumó poco más de 207.

El candidato ha dado a entender que él no rinde cuentas a nadie, esto porque su campaña no ha sido levantada por un partido político tradicional. Sin embargo, luego de liderar las preferencias en las primarias de Chile Vamos, este ya recibió el apoyo de la mayoría de los partidos de derecha.

¿Cuáles son los alcances de la independencia del candidato Sichel? Cabe preguntárselo. Los aportes económicos reunidos por el antes demócrata cristiano provienen en su mayoría de los ya renombrados “grandes grupos económicos”. Destacan los aportes de la familia Claro Figueroa, a través de PRISMA, una firma donde conviven los intereses del clan. También los millonarios donativos de Raimundo Valenzuela Lang y Rafael Guilisasti. Y así.

¿Por qué Sichel suscita tanto apoyo empresarial? ¿Qué interés logró despertar en el Manhattan chileno –“Sanhattan”- que Lavín, Briones o Desbordes no despertaron? Hace mucho tiempo cayó el velo de la ignorancia que cubría los bochornosos financiamientos empresariales a las campañas; interesados, donde la irregularidad era parte de la obra escolar protagonizada por “los mismos de siempre”. El candidato Iglesias -hoy Sichel- es financiado por estos grandes grupos empresariales. ¿Podría no rendirle cuentas a nadie?

“Independiente” por el solo hecho de no instalar su candidatura en un partido político, Sichel es hoy el candidato de una parte importante de la elite empresarial chilena y luego de las primarias, también lo es de una gran mayoría de los votantes de derecha.