El ballet de Santiago reúne al público penquista pospandemia

Tras dieciocho meses sin actividades sociales en espacios cerrados, la presentación  Trilogía+1 del Ballet de Santiago logra llenar la sala del teatro Biobío de miradas entusiastas y suspiros.

El cielo penquista se esconde tras una gruesa capa de nubes grises. El panorama de lluvia torrencial a mitad de la primavera no es para nada ajeno a los habitantes de la ciudad, por lo que luego de un año y medio fuera del teatro, el clima solo mejora el ambiente para una noche de música clásica y arte dramático.

La fila de ingreso se muestra intimidante, ya que la realización del evento en un espacio cerrado es ahora novedoso para el público presente. Gracias a la eficaz administración del teatro, esta sensación dura poco. La fluida dinámica de diferentes jóvenes ayudando en el camino desde la entrada hasta la butaca, logra generar un acceso libre de inconvenientes. 

Justo antes de que las luces bajaran se puede tener una visión del teatro a máxima capacidad, con asistentes sentados de forma intercalada en pro de respetar todas las medidas que nos permitieron reunirnos nuevamente frente al escenario. Las luces se apagan y el telón se levanta. Parece que por un segundo todo el teatro se queda sin aliento. Empieza el espectáculo. 

El Ballet de Santiago cuenta con obras clásicas, neoclásicas y contemporáneas. Fuente: beethovenfm.cl.

El sonido de un corazón latiendo estruendosamente rápido inunda los oídos de todos en el salón, mientras que los bailarines salen a escena en un mar de expectación. A través de los movimientos más hermosos representan la ansiedad, angustia, el caos y la esperanza. El público extiende un silencio que solo deja cabida a la reacción de su piel erizándose en respuesta a las sensaciones bailadas sobre el escenario. Luego de media hora, dentro de un aura irreal, el telón baja.

Las personas se ponen de pie y aplauden eufóricas. Antes de lograr salir del estado de estupefacción, el telón se vuelve a abrir para mostrarnos una pareja y un caballete de ensayo. Delicadeza clásica son dos palabras que representan al Ballet de Santiago en su segunda muestra. La tercera, por otra parte, sumerge la sala en inquietud y reconocimiento, luego de mostrar una sutil pero esclarecedora evolución de la esclavitud.

Tras noventa minutos de una entrega poética a través de movimientos corporales divididos en tres actos, el telón baja y la sala se ilumina. En la dinámica de un nuevo protocolo pospandemia, el lugar es desocupado y las voces de júbilo llenan el espacio destacando la seguridad sanitaria del evento, accesibilidad y organización de la tan ansiada vuelta al teatro.

Top