Would you rather: sangre en su justa medida EntrelíneasPor Christopher Cortez Alarcón - 8 noviembre, 2021 La película dirigida por David Guy Levy te promete horror, sangre y violencia, pero no es más que un engaño. El director es capaz de adentrarte en mundos mucho más profundos: las mentes de los personajes llevadas al extremo. Por Christopher Cortez Alarcón Seleccionar Would you rather o Qué prefieres, su nombre literal en español, es elegir un filme donde suponemos que habrá violencia desencarnada, imágenes terribles y muertes por doquier. Al menos eso es lo que nos promete a primera vista la historia protagonizada por Iris, una joven mujer que necesita dinero para ayudar a su hermano que padece una grave enfermedad. Todos los personajes, de igual modo, poseen una necesidad económica que los impulsa casi inocentemente a un juego macabro que ellos no conocen hasta que se ven irreparablemente inmersos. Lo atractivo, eso sí, es que la producción rompe con tus ideas preconcebidas y el transcurso recorre elementos mucho más profundos, como las determinaciones que cada uno toma, el porqué de estas y los límites que cada uno posee. Destacable es, entonces, que Would you rather no requiere caer en lo “gore” para impactarte, evitando de gran manera el recurso más sencillo al que podrían acudir. Los actores, entre ellas Sasha Grey, son capaces de inmiscuirte en las escenas gracias a sus notables interpretaciones. En cada paso cronometrado que deben dar, los acompañas poniéndote en su lugar, en un ejercicio de empatía para con ellos. ¿Qué haría yo? Esa es la pregunta que te asalta en todo momento. A lo largo de la trama, que va de la mano con el desarrollo del juego, los individuos sufren una evolución tremendamente veloz, justificada por la complejidad que se eleva minuto a minuto. Seguramente, aquella es la demostración más visible de que realmente están siendo conducidos a derribar sus propias fronteras. Carátula de la película Would You Rather. Extraída de doblaje.fandom.com. No todo puede ser “color de rosa”. Luego de bañar en dramas existenciales y preguntas incómodas al espectador, la tensión baja de nivel repentinamente en una parte final que deja bastante que desear debido a lo predecible que se torna. Qué prefieres es una invitación de esas que, en la previa, no te gustaría tomar, con tal de evitar ingresar a las mentes de personas desesperadas. Pero una vez que das el paso, se hace imposible salir porque te mantienes atrapado en la imposibilidad de retroceder.