La serie se ha convertido en una de las más vistas, comentadas y queridas durante estos últimos dos años.

La versión norteamericana de The Office es la adaptación de su homónima británica, la cual no fue bien evaluada por la audiencia en ese entonces. Sin embargo, actualmente ambas son consideradas como una de las mejores sitcoms de la historia.

La serie nos muestra el día a día de una oficina de empleados de la empresa papelera Dunder Mifflin, la cual está localizada en Scranton, Pennsylvania. No obstante, no todos los episodios se desarrollan en este ambiente, sino que también se logra apreciar las relaciones interpersonales que establecen los personajes fuera del contexto laboral.

La trama se enriquece con la caracterización de todos sus protagonistas, los cuales aportan cómicas y entrañables historias que se desarrollan a lo largo de la serie.

Dentro de todos estos personajes se destaca la participación de Michael Scott, director de la sucursal. El personaje interpretado por Steve Carell representa al estereotipo de jefe que actúa de manera infantil e inocente en su actuar. Sin embargo, él hace todo lo posible para que el ambiente de trabajo sea grato. Esto induce a que ciertas situaciones se tornen incómodas para el espectador, pero a la vez resulta muy gracioso ver como se involucra en un problema tras otro.

Si bien en la primera temporada se centra en el papel protagónico de Michael Scott, en las siguientes se va desarrollando las historias que tiene cada personaje secundario, haciendo que estos formen parte del protagonismo. Entre los que se puede destacar a Jim Halpert (John Krasinski), vendedor telefónico; Dwight Schrute (Rainn Wilson), subdirector regional y Pam Beesly (Jenna Fischer), recepcionista de la oficina.

Lo que hace diferente a esta serie con respecto a otras sitcoms es la utilización de formato documental, el que permite que la historia se vaya relatando de forma más genuina. Además, presenta situaciones de las cuales el espectador se puede sentir identificado, lo que genera una conexión especial.

Este año se cumplieron 16 años desde su estreno. A pesar del tiempo trascurrido, se siente más vigente que nunca. Si bien es cierto siempre está presente el humor, esta no solo trata de hacer reír, sino que también tiene la particularidad de reflejar el cómo es el diario vivir de una persona normal y corriente, lo que la hace especial. The Office hace recordar que hay mucha belleza en las cosas simples.