Ghostbusters: el legado, nostalgia bien lograda

Ghostbusters: el legado fue dirigida por Jason Reitman, hijo del director de la película original de 1984, Ivan Reitman, lo que instantáneamente la convierte en un filme anticipado por los fanáticos de la saga, ya que según indicó el mismo Reitman, esta sería la continuación directa de las antiguas cintas.

La película nos cuenta la historia de una madre soltera y sus dos hijos, luego de que llegaran a un pequeño pueblo donde empezaron a descubrir sus conexiones con los cazafantasmas originales y el legado secreto que su abuelo dejó atrás.

Me hubiese gustado ver esta película más cerca de la fecha de halloween, como para ambientar un poco más la visita al cine, pero es entendible que la productora no haya querido competir con las demás cintas de terror estrenadas durante esa fecha. Cabe mencionar que esta saga nunca ha buscado sembrar terror en las audiencias.

Bajo esa premisa, debo admitir que sí me causaba un poco de miedo ver “Cazafantasmas” cuando era pequeño, por lo que no vi el filme sinó hasta la adolescencia. Esto lo menciono porque no soy parte del público nostálgico a la que esta película busca llegar. Dicho esto, sólo buscaba ver un filme de calidad y pasar un buen rato, lo cual afortunadamente logré.

El director dijo en una entrevista que su padre había estado todos los días que duró la producción a su lado. Si bien a nadie le gustaría que su progenitor lo vigile mientras trabaja, la consecuencia de esto fue un filme familiar, hecho con amor por el material original, y eso se nota en su visión, historia y tono.

Ningún personaje nuevo, pero ninguno malo
Ningún personaje nuevo, pero ninguno malo

Personalmente, para mí siempre lo mejor de las películas originales son sus personajes (humanos) y cómo estos interactúan entre ellos. Afortunadamente, esta nueva entrega cumplió con presentarnos nuevos nombres en la trama, pero igual o incluso más interesantes que los antiguos.

Mckenna Grace interpreta a Phoebe, una niña que llega a este pequeño pueblo con su mamá. Nunca conoció a su abuelo y no sabe el legado de los cazafantasmas, pero tiene un gran interés por la ciencia, mostrándose increíblemente inteligente. 

Paul Rudd, la cara más conocida entre los actores, interpreta a un profesor de escuelas de verano, a quien también le gusta la ciencia. Cuando él y Phoebe se conocen, pueden tener conversaciones completamente coherentes aunque ella tenga un poco más de 10 años y el personaje de Rudd cerca de 50.

Un personaje infantil y extremadamente sabihondo, además de la constante premisa nostálgica de la película, podrían haberle jugado en contra fuertemente, pero al tener a un padre, creador del material original, y a su hijo dirigiendo este filme, no pueden sino dar seguridad sobre la buena calidad del mismo. Por lo mismo, ya seas o no un fanático, esta cinta no será una pérdida de tiempo, llena de chistes y escenas de acción que te harán pasar un buen rato. Eso sí, cuidado con algunos sustos inesperados.

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