A comienzos de esta semana, la ministra del Interior Izkia Sches anunció que la Segegob y la Secretaría de Comunicaciones están trabajando en un manual para la prensa, sirviendo la polémica. 

Con el objetivo de evitar “estigmas” a pueblos originarios y personas migrantes, a raíz de la cobertura mediática de la fallida visita de la ministra Siches a la Araucanía, el gobierno anunció que en sus oficinas se está trabajando en un manual para la prensa, el que se elabora bajo la idea de avanzar en una sociedad de diálogo y respeto. 

Sin embargo, este no fue tomado a bien por la oposición. De hecho, los ministros gremialistas Cristian Labbé y Jorge Alessandri -quien, además, es jefe de la bancada UDI- acudieron a Organismos Internacionales acusando un intento por coartar y vulnerar la libertad de expresión y opinión. 

Junto con lo anterior, ambos argumentaron que “las declaraciones de la ministra del Interior son brutalmente delicadas y que no podemos dejarlas pasar, porque son el primer paso para que en forma solapada comiencen a coartar a la prensa” , según recoge Radio Bío-Bío. 

“Cualquier intento de pautear a un medio de comunicación no es más que una evidente intromisión del Estado en la libertad de prensa y un acto de censura inaceptable”.

Declaraciones de los ministros gremialistas Cristian Labbé y Jorge Alessandri.

Nada nuevo para el periodismo 

Sin embargo, la idea de un manual no es nueva en el periodismo. A decir verdad, no es la primera vez que la prensa se enfrenta a guías o recomendaciones sobre cómo comunicar de forma más adecuada ciertos temas sensibles, tales como personas privadas de libertad, pueblos indígenas, personas migrantes, disidencias, mujeres, infancia y adolescencia. 

Es más, en la dirección web del CNTV se pueden encontrar varios estudios e informes, donde se recopila información de distintas audiencias y se entregan recomendaciones para el tratamiento mediático de temas tan variados como suicidio, emergencia sanitaria, personas víctimas de abuso u otros. De la misma manera, el INDH publicó, en 2016, un Manual de Derechos Humanos para Comunicadores y Comunicadoras, que también entrega orientaciones sobre asuntos similares. 

Sobre lo anterior, Isabel Plaza, directora de Diario El Sur, concuerda. “El uso de manuales con recomendaciones es usual y son, como digo, recomendaciones respecto de cómo abordar ciertos temas que pueden requerir una sensibilidad distinta. Tienen mucha relación con los cambios sociales y, por ejemplo, a nivel nacional, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género en algún momento puso a disposición un manual respecto de la forma de abordar la violencia contra la mujer en los medios”, comentó. 

De la misma manera, Pablo Becerra, periodista de Canal 13, coincide. “La verdad es que ya existen antecedentes anteriores de elaboración e implementación de algunas guías para el tratamiento de la información, por ejemplo en temas de la niñez”, señaló. 

Ahora, respecto de la crítica fundamental de la oposición a este anuncio, vale decir, que el gobierno estaría amenazando a la libertad de prensa y de expresión, ambos periodistas también coinciden en que sólo sería un peligro para este derecho sólo si su uso es obligatorio. 

“En ese sentido no veo que exista un problema mayor mientras esta se mantenga como una guía de consulta y referencia para los medios, de hecho incluso puede llegar a ser útil” opina Becerra. En tanto, Plaza comenta: “Solo afectaría la libertad de expresión si no se tratara de recomendaciones, sino que de imposiciones, para lo cual debería ser un proceso regulado con respaldo de las normas respectivas”. 

 Por otra parte, la libertad de expresión incluye ciertos requisitos, que como medios periodísticos debemos cumplir permanentemente y a los cuales nunca se debe renunciar”  Por otra parte, la libertad de expresión incluye ciertos requisitos, que como medios periodísticos debemos cumplir permanentemente y a los cuales nunca se debe renunciar”.

Isabel Plaza, directora Diario El Sur. 

Una perspectiva distinta

Ahora bien, en el periodismo, otro actor fundamental es la audiencia, es decir, quienes reciben e interactúan con la información. 

Cómo es sabido, el lenguaje construye realidades y la forma en que se comunica o enfoca un tema en específico influye en la percepción que crea la audiencia de él. He ahí que el derecho a la información, salvaguardando la pluralidad de voces y la objetividad periodística, sea tan elemental. 

En ese sentido es necesario también considerar su opinión, porque son ellos quienes se verían afectados -de alguna forma u otra- si el supuesto manual se publica. 

Consultada sobre lo anterior, la sra. Verónica Sanhueza, ciudadana penquista que ha hecho del revisar la prensa una parte de una su rutina diaria, reconoce que no está del todo informada sobre el manual para la prensa anunciado por la ministra Siches, no obstante, opina no tener mayores problemas con la idea si este no afecta el contenido de la noticia. 

“Soy súper defensora de la libertad de expresión, por lo tanto, si en el fondo te dicen qué cosas decir y qué cosas no, ahí ya es algo distinto. Pero, si te dicen cómo sería mejor comunicar algo, la forma de hacerlo o cómo es la manera más adecuada, no tengo problema”. 

Verónica Sanhueza, penquista informada.

En conclusión, cabe recordar que el manual para la prensa es un anuncio que aún no se ha concretado pues, como señaló la misma ministra, se está trabajando todavía en su elaboración. En la misma línea, no es algo nuevo para el periodismo, por lo tanto, las críticas sobre que el gobierno está incurriendo en una afrenta a la libertad de prensa son infundadas, ya que sólo sería así si fueran lineamientos impuestos y/o obligatorios. Mas, si queda de material de consulta, como dijo Becerra, puede ser hasta útil.