La policía y su deuda con Chile

En las últimas jornadas de manifestaciones se han presentado diversos hechos que han puesto en duda al gobierno, con declaraciones que no dejan indiferente al mismo sector político en torno al apoyo entregado a la institución policial.

Hace algunos días la ministra del Interior, Izkia Siches, tildó de “gravísimo» el actuar del carabinero que disparó su arma de servicio en contra de un repartidor en el marco de la marcha convocada por la CONFECH. Se conoció luego que el uniformado estaba siendo golpeado por un grupo de manifestantes, dejando en jaque a la administración del presidente Boric por las declaraciones apresuradas de miembros de la cartera.

En el día del joven combatiente la jefa de gabinete le dio un total respaldo a la institución en una jornada históricamente compleja. Este accionar del gobierno es poco menos curioso, pero entendible bajo la mirada estratégica.

Este fue el segundo espaldarazo público que entregó la jefa de gabinete, luego de que días atrás emitiera algunos juicios apresurados en el marco de las manifestaciones estudiantiles. Fotografía: Gonzalo Aguirre.

Se desea mostrar una cara de seguridad, donde la capacidad de control de la violencia sea primordial para evitar cuestionamientos. Sin embargo, las palabras no coinciden con previas intenciones de la bancada, en la que la idea de una refundación de las policías fue un tema de discusión.

Muchas voces de la política han tenido opiniones con respecto a las declaraciones de Izkia, donde muchos coincidieron en alejarse de estos dichos. La principal razón es más que clara: la policía en Chile está en deuda con su propia ciudadanía, y eso no se puede dejar pasar de nuevo.

El camino del cambio debe ir con una reestructuración de Carabineros, desde un punto de vista cívico y enfocado en los nuevos tiempos. Si bien durante esta administración de Boric los desmanes no han llegado a grandes escalas, el pasado sigue siendo muy determinante en la visión que tienen las personas sobre la institución.

Los informes de Amnistía Internacional fueron categóricos, existieron faltas a los protocolos por los resguardos de los DD.HH por parte de la policía chilena. Mientras no haya reparación, es muy complejo que exista sanación de tales heridas sociales.

Es necesaria la transparencia en Carabineros, que hace años han acaparado críticas, tanto por casos de corrupción como por acciones de violencia desmedida. Tal vez no requiere ser una prioridad instantánea, pero sí debe ser una obligación durante estos 4 años de gobierno, ya que existirá una oportunidad para analizarlo.

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