Un notable comportamiento de las barras y de los jugadores permitieron un lindo espectáculo.

El pasado 27 de marzo, la ciudad de Concepción vivió lo que fue una verdadera fiesta del fútbol. Y es que el tradicional clásico penquista entre Deportes Concepción y Fernández Vial, los dos equipos más populares de la capital del Bio Bio, se enfrentaban por la segunda fase de la Copa Chile 2022. El ganador accedía a los dieciseisavos de final de dicho certamen, generando un ambiente aun más competitivo entre ambas escuadras y las respectivas hinchadas.

Este mismo ambiente también traspasó a las autoridades locales y del fútbol chileno, quienes dejaron en suspenso la realización del encuentro debido al alto riesgo que presentaba el partido. Pero la memoria es corta.

Y es que el público que va regularmente al estadio municipal ha mostrado siempre un comportamiento ejemplar. Sin ir más lejos, el año 2019 cuando el propio Deportes Concepción se jugaba su chance de volver al profesionalismo. Por un momento aquella final se vio en peligro debido a que todo el contingente de carabineros se encontraba en las calles debido al estallido social que afecto a nuestro país. A pesar de esta gran traba, el partido siguió en pie y terminó con final feliz. El conjunto penquista celebró frente a más de veinte mil personas y sin custodia policial alguna. ¿El resultado? Una celebración totalmente pacífica.

A pesar de las trabas y los diferentes miedos de las propias autoridades, y también gracias a los diversos esfuerzos de los propios clubes a través de sus capitanes, el tan esperado Derby de Concepción se jugó y con un desarrollo del partido más que sobresaliente. Más de diez mil almas llenaron el aforo permitido del coloso de Collao, en donde cada hincha se dedicó a alentar a su equipo, y no generar disturbios.

Finalmente, fue Arturo Fernández Vial quien se adjudicó la victoria por dos goles a cero ante el equipo lila, y desatando la alegría de un pueblo aurinegro que celebró con total normalidad. La otra cara de la moneda, la vivió la hinchada del León de Collao que, pese a la derrota, se retiró del recinto con la mayor calma y orden.

Así, el tradicional partido entre estas escuadras nos regaló un ejemplo de que los clásicos y partidos de alto riesgo se puede jugar con toda seguridad. Siempre y cuando existan las buenas gestiones y voluntad de todas las partes involucradas.