Problemas de convivencia: las estrategias para mejorar el bienestar estudiantil EntrelíneasPor Cristian Cárcamo López - 8 abril, 2022 El retorno a clases presenciales durante 2022 trajo consigo una importante ola de acoso escolar. Cristian Cárcamo L.Cristian Cárcamo López Regresar a la presencialidad durante este año suponía una amigable vuelta a las aulas para los alumnos, sin embargo, no ha sido la realidad de muchos niños quienes han vivido lo que va de semestre atormentados por el aumento en los casos de violencia. Pese a que el bullying es un fenómeno que lleva tiempo existiendo entre estudiantes, durante el transcurso de este año se ha evidenciado una preocupante alza en la cantidad de casos reportados, además de tener una connotación mucho más agresiva. A raíz de esto el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, anunció una estrategia de convivencia y bienestar con la finalidad de subsanar la actual situación de los distintos establecimientos. Sin embargo, existen muchos factores que pueden incidir en la efectividad de esta medida, los cuales podrían anular inmediatamente los esfuerzos realizados tanto por las autoridades como por los centros educativos. Más del 60 % de los estudiantes ha sufrido acoso escolar. (Fotografía: El Informador). Origen del problema Aunque los principales afectados por estas situaciones son los estudiantes, muchas veces se desconoce la base de los problemas de convivencia, pudiendo originarse en el mismo recinto o en los hogares de los jóvenes. Mónica Llaña, socióloga y académica de la Universidad de Chile, señaló que “muchas de las situaciones que se dan en las escuelas tienen orígenes estructurales, y las instituciones educativas no están respondiendo a los tiempos actuales, no se adaptan a estas mutaciones culturales que estamos viviendo”. “Donde más están fallando los colegios es en el diagnóstico, sin esto no se tiene una base para comenzar a trabajar”, recalcó la socióloga. Llaña señaló además que “la forma en la que se socializa a los niños, la formación y valores inculcados se ven reflejados en el comportamiento al interior de los colegios”. Si bien la convivencia escolar es un tema complejo que tiene muchas variables que pueden incidir, finalmente son los establecimientos quienes reciben las presiones del medio, viéndose en reiteradas ocasiones imposibilitados de actuar. Mónica Llaña ha participado activamente en las revisiones y actualizaciones de las políticas de convivencia escolar del Mineduc, sin embargo señala lo siguiente: “No es fácil contar con equipos multidisciplinarios en los colegios para seguir trabajando con este modelo, basado en la participación de los estudiantes”, recalcando que su grupo de trabajo se compone por psicólogos, sociólogos, antropólogos y profesores. Estos equipos están muy alejados de la realidad de algunos establecimientos que cuentan únicamente con un psicólogo, el cual trabaja escasas 8 horas al mes. Esto está estrictamente relacionado a la capacidad de recursos económicos y humanos. Referente a esta situación, la psicóloga Diana Pavez manifestó la importancia de profesionales de su área en los establecimientos expresando: “En condiciones normales, un colegio debería tener al menos dos psicólogos, aunque idealmente cuatro”, agregando que “no solo actúan en la convivencia, sino también en los programas de integración escolar”. “Los colegios tienden a tener un solo profesional para ambas áreas, siendo que son especializaciones completamente distintas” sentenció la profesional. 13 profesionales de diversas áreas componen el equipo presentado por el ministro. (Fotografía: Mineduc). Cómo se enfrenta esta situación Muchos de los conflictos de convivencia pueden venir acarreados desde la primera infancia, viéndose incrementados con el pasar del tiempo y la falta de atención, pudiendo culminar en problemas mayores en etapas avanzadas de la educación. Llaña recalcó la importancia de comenzar a trabajar incluso a temprana edad ante la presencia de problemas para relacionarse. Loreto Martínez, educadora de párvulos, señala que “la violencia no es algo propio de los infantes, sin embargo, se nota mucho el retorno a clases después de dos años de encierro”, además sostuvo que para muchos niños esta es su primera interacción social, por lo que les está costando más adaptarse a grupos numerosos. En relación a esto, la pedagoga comentó: “Hay habilidades que se adquieren al pertenecer a la educación formal, por lo que la socialización se ve conflictuada, por ejemplo, los niños no saben pedir las cosas, se las quitan entre sí, y eso genera conflictos a diario”. A tan temprana edad es poco común ver altos niveles de agresividad, sin embargo, al presentar actitudes violentas en el aula, estas suelen ser un reflejo de su entorno familiar. Mónica Llaña, finalizó expresando que “es necesario saber que significa la violencia para cada niño, si vive en un entorno con estas características, los golpes son normales, no ven algo malo”. Es un arduo trabajo el que tiene tanto el ministerio como los establecimientos en materia de convivencia, sin embargo, mejorar los entornos escolares involucra la participación de más agentes en la misma. La comunidad estudiantil y su entorno se deben hacer partícipes de este proceso para poder encontrar las soluciones.