Adiós a las mascarillas

Desde el 14 de abril dejó de ser obligatorio el uso de cubrebocas en espacios abiertos.

El fin de semana santo fue el escenario donde se vivieron las primeras jornadas libres de mascarillas desde el comienzo de la pandemia, sin embargo, esta medida se puede considerar algo tardía.

Creo que esto está alejado de ser una crítica al momento en el que el gobierno decidió retirar el uso de este implemento al aire libre, sino más bien considero que fue una adaptación a la normalidad de la gente.

Si uno recorre las calles con frecuencia, no es extraño encontrar grupos realizando actividades, reunidos sin mascarillas e incluso compartiendo de boca en boca cigarros, botellas o comestibles y ,por mucho que algunas personas sean detractoras de esta medida, hace ya varios meses que la gente transitaba normalmente con las mascarillas bajo el mentón en la vía pública o incluso sin ellas al estar en recintos como plazas o parques.

Futuro de las mascarillas

Al comienzo de la pandemia sus precios se dispararon, puesto que eran esenciales para el desarrollo de una vida cotidiana, sin embargo, estamos alejándonos cada vez más de aquellos días en que no  había disponibilidad de camas en los hospitales.

El estado actual del proceso de vacunación es avanzado, y la ocupación de camas UCI a nivel nacional muestra una tendencia al descenso, dudo que la implementación de la medida gubernamental realmente signifique un retroceso en materia del coronavirus.

Incluso considerando todos los factores que indican que la eliminación del uso de máscaras no será algo perjudicial para la salud, es difícil volver al escenario vivido hace unos meses, con más del 90 % de camas ocupadas.

Se estima que mensualmente se desechan más de 4 mil toneladas de plástico en mascarillas. (Fotografía: El Ágora Diario).

El gobierno autorizó el no uso de mascarillas al aire libre, manteniendo los resguardos a la hora de acudir a lugares cerrados, por lo que es finalmente una decisión que le compete únicamente a cada individuo si desea continuar con su uso.

Esta medida, además de permitir el tránsito sin el uso de cubrebocas, colabora con el medio ambiente, puesto que el uso de mascarillas a nivel global ha generado un gran impacto a través de la basura que han generado. Lo cual reafirma que, más allá de la comodidad personal, tiene un trasfondo que no debe obviarse y que nos concierne a todos a nivel social.

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