La justicia universal ¿es realmente posible?

Muchos consideran la justicia como un valor, mientras que otros la ven sólo como un término legal. El que la palabra justicia tenga tantas significaciones hace que consideremos que es distinta en todo el mundo, pero y si tuviéramos normas legales que rigieran a nivel global ¿cambiaría nuestra percepción? ¿Qué tan provechosa y concretable es esta idea?

Demasiadas veces hemos escuchado la frase “quiero justicia”, pero ¿a qué se refiere exactamente? Si nos enfocamos en la justicia legal podemos ver que hay muchas diferencias en su aplicación a nivel mundial. El caso de Narumi Kurosaki nos ha recordado las desigualdades que tenemos en nuestro sistema legal frente a los extranjeros y tal vez, nos ha llevado a cuestionar el nacional.

Desglosemos la situación, Nicolás Zepeda fue extraditado por ser sospechoso de un asesinato en donde el cuerpo aún no aparece. Esta es la primera diferencia de jurisprudencia, en Francia si se tienen las pruebas suficientes, es posible condenar a un sujeto por asesinato sin la necesidad de tener el cadáver. Esto es posible también aquí en Chile, pero contamos con la presunción de inocencia, así que sin pruebas de que alguien fue asesinado no hay forma de culpar a otro. En palabras más sencillas, es mejor tener a un culpable libre que a un inocente preso, así que sin cadáver no hay delito. La segunda diferencia entre las leyes chilenas y, en este caso, las francesas, es el tribunal. En Francia el tribunal se compone por abogados y personas comunes y corrientes. Mientras que, en nuestro país, a los juicios sólo se permite la asistencia de personas que cuentan con los estudios necesarios para participar de un proceso tan importante como este.

Nicolás Zepeda fue condenado a 28 años y si él lo desea, puede cumplir estos años de prisión en Chile.
Créditos Agencia Uno.

Pero ¿qué sistema de justicia es mejor? Aquí es donde volvemos al punto inicial de esta columna. Las diferencias entre la forma de aplicar la justicia a nivel universal están causándonos problemas. ¿Cómo lo solucionamos? Como las personas que gozan de raciocinio siempre deben hacerlo, con acuerdos. Si creáramos normas base, podríamos aplicarlas y amoldarlas a distintos casos y por ende no quedarían obsoletas.

Otro problema nos aparece en el camino, ¿quién crearía estas normas? La verdad es que el tema es bastante complicado y con una idea explicada escuetamente en unas dos mil palabras, no se puede hacer mucho. Por eso es importante que cada uno de nosotros piense en cómo aportar a que la supuesta justicia, que hace mucho llevamos buscando, aparezca y se quede con todos nosotros, sin importar si somos chilenos o no.

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