Puede que Chile no sea mundialmente reconocido por su ciencia como otras naciones, sin embargo, la importancia de la investigación científica es similar en todas partes. ¿Qué sucede al respecto con nuestro país?

Debo confesar que, hasta el lunes pasado, nunca me pregunté cómo se financia la ciencia en Chile. Específicamente en lo que concierne a la educación de postgrado e investigación de nivel superior. Por una parte siempre tuve la noción de que las becas, los proyectos y el patrocinio de entidades privadas juegan un papel protagónico al respecto, pero por otra, fallé en darme cuenta de las características que esas formas de costeo comparten. 

Becas, proyectos, patrocinio ¿Qué es lo que tienen en común?

En mi humilde opinión pienso que su carácter condicional. ¿Becas? Primero necesitas cumplir ciertos requisitos, luego postular y competir con otras personas para conseguirlas. ¿Proyectos? Es casi el mismo proceso pero con más etapas y a mayor escala. ¿Patrocinio? Bueno, si como investigador buscas que una persona natural o jurídica financie tu trabajo, primero debes asegurarte de ofrecerle una razón de peso para invertir en lo que estás haciendo.

Esas son las alternativas más comunes de las que tengo conocimiento y las tres están lejos de considerarse cien por ciento estables. Las becas y los proyectos no son permanentes, por ejemplo.

El pasado veinte de abril la presidenta de ANIP (Asociación Nacional de Investigadores en Postgrado) Ximena Báez, conversó con la conductora de Tu Nuevo ADN sobre esta situación. Una de las cosas en las que hizo hincapié fue en la escasez de fondos que el país dispone para la ciencia, en contraste al incremento numérico de investigadores e investigadoras en Chile. Sin embargo, la cita que más me impactó al leerla en el portal web de ADN es la siguiente:

“Lamentablemente, nuestros derechos laborales y seguridad social ha sido vulnerada (…) esto no ha mejorado a pesar que existen leyes que son para el general de trabajadores”

Ximena Báez

Leyes que, según sus palabras, no aplican a los investigadores de postgrado debido a la forma de financiamiento que poseen. Fue apenas entonces que me hice una idea más clara de sus circunstancias, incluyendo la incertidumbre e invisibilidad que existe sobre este tema tan importante.

Creo que esto necesita cambiar. No solo porque todo trabajador merece tener protección laboral del estado, sino también porque en un mundo donde nuestro entorno natural decae y nuevas enfermedades están siempre a la espera, todo avance científico y tecnológico es crucial. Pero sin investigación, difícilmente se podrán potenciar dichos avances.