Realidad de los estudiantes en las micros de Concepción

Con el regreso a la normalidad y presencialidad a clases, Concepción volvió a recibir a estudiantes de todos los sectores del país y con ello, la demanda y utilización del servicio público de la locomoción colectiva, con menos máquinas y más irritabilidad de los conductores.

El medio de transporte más utilizado entre los estudiantes son las micros, debido a su frecuencia y conveniencia en el precio, donde la tarifa de TNE cuesta $170, mucho menos que el costo normal de $530. La Tarjeta Nacional Estudiantil se puede utilizar durante todo el año de lunes a domingo las veinticuatro horas del día, la pueden utilizar estudiantes de enseñanza básica, media y de educación superior, cumpliendo con las responsabilidades de revalidación cada año.

Son cientos los estudiantes que día a día se trasladan a sus establecimientos educacionales y universidades en los servicios públicos de locomoción colectiva, sin embargo, al momento de pagar la tarifa saben que el trato hacia ellos no será el mejor por parte de los conductores, donde las reacciones más comunes son la poca empatía, humillaciones, indiferencia, prepotencia y poca seguridad.

Existe un 20 % menos de micros circulando en el Gran Concepción.
Fotografía extraída de mtt.gob.cl.

El domingo 24 de abril, una estudiante de 23 años falleció tras salir eyectada de una micro en movimiento en Concepción, debido a la irresponsabilidad del conductor quien manejaba con la puerta abierta y en donde la joven perdió el equilibrio cayendo en el pavimento.

Además, el día 28 de abril un microbús de la locomoción colectiva pasó por un cruce ferroviario con las barreras abajo y la luz roja a pocos metros del tren que iba en movimiento, alcanzando a cruzar por pocos segundos y con pasajeros al interior.

A partir de esta noticia, se abren muchas interrogantes sobre la seguridad y respeto de los conductores, en donde la fiscalización es mínima con respecto a la calidad de sus máquinas y la velocidad que pueden llegar.

Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito el límite de velocidad es de 50 km/h¹, esto permite que el conductor pueda detener el vehículo ante un obstáculo, siendo razonable y prudente. Muchos de los choferes que manejan en el transporte público transitan sobre la velocidad admitida en zonas urbanas, realizando maniobras sin medir consecuencias solo para ganar tiempo en sus recorridos diarios, actuando imprudentemente y pasando a llevar la seguridad de sus pasajeros.

En el Gran Concepción se deben realizar fiscalizaciones con mayor frecuencia, no solo a la calidad de la maquinaria, sino también a los conductores debido a que son cientos de personas y principalmente estudiantes que utilizan el transporte público y que sufren consecuencias como humillaciones, prepotencias o accidentes a causa de quienes manejan estos servicios.

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