Para muchas personas leer de economía puede ser un tema poco llamativo, en donde los tecnicismos y los números avasallan a los lectores. Sin embargo, el momento que se vive a nivel mundial en relación con las políticas monetarias es sumamente complejo y es deber de la población entender alguno que otro concepto clave.

Una de las grandes falencias que existe en chile a nivel general de la población es la poca educación financiera que tienen las personas, y es que en la formación escolar no se enseña, siendo que es un recurso más que relevante para el diario vivir.

Una de las ultimas noticias importantes en cuanto a la economía nacional es que el índice mensual de actividad económica (IMACEC) del mes de marzo tuvo un crecimiento del 7,2% en donde este fenómeno fue explicado por dos factores clave, uno es el aumento en los servicios en comparación a meses anteriores, esto gracias a las mejoras en la situación de la pandemia y el otro elemento a destacar es el dinamismo que se ha visto en el precio de los recursos mineros.

Estas noticias parecieran ser alentadoras, encaminándonos a un repunte de la economía chilena, sin embargo, eso es solo una parte de la escena ya que, en el mercado internacional, el precio del dólar subió de manera imprevista, quedándose a tan solo $15 de su máximo histórico, además el peso chileno es la quinta moneda que más se deprecia entre las divisas de países emergentes.

 La respuesta del mercado interno chileno ante el precio del dólar es que hay más dinero en circulación, por lo tanto, la inflación se vuelve más severa. La medida que toma el Banco Central es aumentar la tasa de interés, con esto se fuerza a las personas a utilizar el dinero que existe físicamente y no pedir prestado a los bancos, esto para sacar la mayor cantidad de dinero de circulación.

Esta medida es severa pero eficaz y lo que la gente no entiende es que esto se hace para que en un mediano plazo el mercado se regule y los precios de los bienes y servicios bajen. Pese a los esfuerzos hechos por el banco central para frenar lo más posible la inflación, hay factores que no pueden controlar, como lo son las manifestaciones sociales o la incertidumbre misma que genera en los economistas un gobierno de izquierda.

Un gran porcentaje de la población simplifica todos estos problemas económicos acusando de responsable a distintos actores del acontecer nacional, ya sea el gobierno, una causa social o hasta incluso a los extranjeros. La realidad es que los problemas financieros por los que está atravesando el país tienen un origen multifactorial, siendo una serie de eventos desafortunados.