El avance de la tecnología no es completamente beneficioso para los periodistas y las audiencias

El avance tecnológico y la inminente digitalización de los medios de comunicación ha traído una variada paleta de dicotomías a los dilemas éticos con los que carga la profesión desde siempre. Por este lado, uno de los grandes problemas y beneficios que trae consigo esta modernización es la inmediatez y rapidez del tratamiento y distribución de la información.

La casi instantaneidad en la publicación de hechos noticiosos puede percibirse, en primera instancia, como algo positivo y provechoso de los nuevos canales comunicativos digitales, sin embargo, conlleva a la pérdida de la calidad de la información entregada a las audiencias.

Hoy en día, la facilidad para compartir contenido desde cualquier parte ha instalado un nuevo modelo para el periodismo, y es que con las nuevas herramientas aumenta la cantidad de acontecimientos que los periodistas cubren en un tiempo mucho menor al de antes.

Esto resulta conveniente para los medios, ya que el publicar más noticias significa llegar a más clicks y visitas en sus plataformas digitales, o sea, más dinero en base a publicidades. No obstante, la información presentada en tales noticias termina teniendo un tratamiento vago y superficial por parte de los reporteros, coartando el nivel de concientización que debería producir en la audiencia.

El International Center for Journalists en su manual Ética Periodística en la Era Digital indica que este es uno de los más grandes problemas modernos del periodismo y que los periodistas deben abandonar esta forma de reportear.

La realización efectiva del periodismo no debe determinarse por la cantidad de noticias que se publiquen o la cantidad de tópicos que se aborden en una mínima suma de tiempo. Al contrario, el periodista debe buscar entregar la información detallada y nutrida por múltiples fuentes, esto con el fin de que su público genere una visión y perspectiva de los sucesos contados.

Es un deber primordial para los reporteros el que la audiencia se mantenga activa frente a la contingencia, que tengan una opinión de ella y una respuesta.