Desde el estallido social se viene arrastrando este problema, que genera opiniones muy dispares. Para algunos los hay, para otros no

En Chile, la polémica de los presos políticos es una situación que, a dos años del estallido, aún genera muchos roces. Para muchas personas y organizaciones no gubernamentales, los detenidos del estallido son presos políticos; mientras que, para una parte de la población, el poder judicial y las instituciones policiales y demás fuerzas armadas, estos fueron detenidos por cometer delitos y no por sus ideas. Todo lo anterior hace que sea muy difícil llegar a un consenso.

Anteriormente, durante la dictadura militar hubo gente que fue privada de su libertad por manifestar abiertamente su rechazo al régimen, esto los convirtió en presos políticos, ya que eran detenidos por sus ideas y opiniones. Sin embargo, los defensores de las instituciones estatales argumentan que los detenidos durante el estallido fueron encarcelados por provocar desórdenes, saquear locales, quemar buses del transporte público, entre otros.

Lo anterior ayuda a generar un contraste a la situación que se vivió entre la dictadura y el estallido social, en este último, lo que primo como razón del encarcelar a ciertos manifestantes fueron los hechos de violencia cometidos y no las ideas que se propugnaban durante las protestas de 2019, lo que descarta a los detenidos como prisioneros políticos.

Algunos podrían refutar que estos aún son presos políticos, argumentando que el estado chileno abusó de su autoridad contra manifestantes por sus ideales, como ocurrió por ejemplo con las torturas de las que se acusa sucedieron en las comisarías en pleno estallido, o las largas prisiones preventivas durante las cuales no se presentó ninguna evidencia en contra de los acusados. Estos sin duda son casos serios y que merecen ser investigados, aunque esto no quita los delitos cometidos por otros imputados durante las protestas.

Que el estado haya cometido abusos no convierte a los detenidos en manifestantes pacíficos, ni a todos los manifestantes en infractores a la ley, pues solo hicieron uso de su derecho a protestar. Por ello, en vez de hablar de presos políticos se debería señalarse como abusos cometidos por el estado contra inocentes, pero ello no implica que todos lo sean. Simplemente, no hay presos políticos del estallido.